Una chica más, otro corazón roto.

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Llegué al estacionamiento, bajé de mi auto y me dirigí al ascensor. Una vez dentro presione el botón, las puertas se abrieron y entonces caminé por aquel pasillo estrecho hasta llegar ahí.

Todo seguía intacto, tal como lo había dejado, pero era hora de dejar atrás aquellos recuerdos que aún me seguían como sombras; me quería deshacer de todo lo que habíamos compartido, mire el piano que solíamos tocar juntos, aún recordaba cuando el mismo gusto por tocar dicho instrumento nos unió.

Enseguida llegaron a mi esos recuerdos desagradables que aún son nítidos, toqué mis sienes como si quisiera arrancar ese mal rato imágenes de ese día llegaron a mi mente : estaba sentado en aquel sillón donde solíamos ver televisión juntos, llegó y me dijo que habláramos le hice un lugar en el sillón ofreciéndole que se sentara junto a mí, se negó y comenzó a decir aquellas palabras hirientes, ella me culpo, me dijo que yo era el problema y que estaba cansada de mí pero sólo le respondí: no cambiaré, eso no pasará.

Yo también estaba cansado de aquella situación, sabía que ella me engañaba, sentía que me volvería loco si seguía a su lado, sabía que no era la chica correcta para mí; nunca dije nada, sólo jugó conmigo.

En el fondo me alegré porque no me haría más daño, quise preguntarle porqué me hacía eso, qué tipo de mentiras me iba a decir ahora, sí así había sido con todos sus chicos, si les había dicho que sólo fui su juguete.

También quise decirle que no debió haber depositado toda la culpa en mi, que se fuera con su ropa favorita, al fin que ya no me importaba; que era la peor chica del mundo. Quise gritarle que cerrará su boca, que no me engañara más y saliera de mi vista. Todos esos pensamientos  atacaron mi mete aquel día pero al final sólo logré musitar: dejame sólo.

Al recordar aquel momento de nuevo la impotencia y el dolor inundaron mi ser, comencé a quitar el plástico que cubría los muebles para sacar mi frustración, traté de tranquilizarme, me senté en la esquina de mi vieja habitación y cerré mis ojos, estaba devastado pero sabía que saldría adelante de ese dolor en el que había caído y no se volvería a repetir , así que sólo me dije a mí mismo: es otra chica más, otra ruptura para mi corazón.

Just Another GirlWhere stories live. Discover now