Only Kiss Me ©

Capítulo 16

"Capítulo 16"

Estaba haciéndome los rulos en el cabello para verme increíble, luego me maquillo sencillo excepto la boca que va de rojo.

Al salir me encuentro con mi ropa tendida en la cama. Sonrió al solo pensar que me pondré eso.

Al ya estar lista me veo en el espejo y vuelvo a sonreír. No sé qué me pasa pero últimamente me siento segura de mi misma. Pero es una sensación increíble.

Cuando estoy bajando las escaleras de la cabaña, escucho unos halagos de parte de todos, me siento un poco extraña con mi atuendo ya que no estoy tan acostumbrada a usarlo pero todo tiene su primera vez.

— ¡Que hermosa hija! —sale mi madre primero.

—Gracias madre —le devuelvo el gran abrazo con una sonrisa enorme—Tu también estás bella.

—Ella hace una pose de modelo para lucir su hermoso vestido vaquero con su tenis negros.

José se pone detrás de mi madre y la agarra por los hombros de forma romántica, de verdad me encanta ver a mi madre feliz después de lo que pasó con mi papá, al fin ella encontró a una persona que de verdad la ama y la respeta como deben ya que es una persona increíble.

Estas muy guapa, Daniela, como tu mamá—Mi madre lo golpea levemente por el hombro.

—Gracias José —decimos al mismo tiempo.

—Bueno hija, ¿Cómo sigues con el corté en el dedo? —me lo revisa— Ya estás mejor, ¿Viste que con un poco de crema y una curita soluciona todo?

—Si...—, dije entre risas—Oye, ¿Sebastián dónde está?.... ¿Preguntas por mi pequeña?

Se escuchó al entrar por la puerta trasera.

—Los dejamos solos. José y yo vamos a preparar la cena.

—Pero...

—Dije, Vamos a dejarlos solos. José y yo vamos a preparar la cena —Mi madre dijo resaltando cada palabra más las últimas, y yo como siempre no pude aguantar la risa.

Como ella dijo, me dejaron sola con Sebastián.

Él se le escapa una sonrisa perversa mirándome de arriba abajo. Al estar cerca me tiende la mano para darme una vuelta sobre mis tacones negros de plataforma, mostrando mi hermoso vestido negro dejando a la vista mi figura y yo con gusto se la aceptó.

—Te ves hermosa —mis mejillas se tornan rosadas—Me encanta tu escote en la espalda floreado.

—Gracias.

— ¿Ya puedo ir a arreglarme? Daniela —me susurra al oído—¿No quieres acompañarme?

Empecé a sentir calor—Y... Yo mejor voy a ayudar en la cocina... —trate de articular.

Se escuchó la carcajada desde la escalera.

Voltee los ojos y me encamine a la cocina.

— ¿Que hacen? —pregunté agarrando un poco de jugo y un porquecito.

Recibí un golpe en mi mano para soltar el porquecito que ya iba directo a mi boca —Eso no lo vas a comer hasta que estemos cenando con la familia de Katherine.

Mis ojos se agrandaron al escuchar semejante cosa. ¿Vamos a pasar la navidad con ellos? Definitivamente «NO...»

—Sí, lo vamos hacer Daniela y espero que te comportes.

—Ya no soy una niña para que me digas esas cosas —respondí con un poco de gracia.

—Para mí siempre lo vas hacer, pero no quiero que se repita lo que pasó la última vez.