— Y quien se arrodilla bajo la suela de alguien insignificante, es todavía más mediocre. ¿Verdad? — Dijo en un tono más bajo pero también más amenazador e intimidante.

Danbi enrojeció de rabia y vergüenza al verse en la situación en la que estaba. Elevó su mirada llena de odio para poder ver cómo Donghyuck le sonreía con arrogancia y, tras negar con la cabeza, se iba con la barbilla en alto.

Se iba victorioso.

— Detente ahí — Murmuró mientras su mirada se mantenía perdida en un punto fijo. Sin embargo, Donghyuck hizo caso omiso —. ¡Lee Dongsook, detente ahí! — Exclamó ahora mirándola con lágrimas de rabia e impotencia deslizándose por sus mejillas, y aun así, Donghyuck volvió a ignorarla.

No pudo aguantar más. Se apeó, y salió corriendo hacia Donghyuck dispuesta a romperle la espalda de una patada si era necesario. Llegó a él cuando se encontraba frente a la puerta de su salón, y cuando iba a patearlo, él nuevamente la esquivó haciendo que patee la puerta y la misma se abra.

Sobre su cabeza cayó una cubeta de agua turbia y con olor a podrido, empapándola.

Cubeta la cual Donghyuck había notado en cuanto llegó frente a la puerta. ¿Y cómo no iba a notarlo, si mientras Danbi le gritaba a sus espaldas, divisó que un muchacho se metía al curso mientras gritaba en susurros "Ahí viene, ahí viene" y entrecerraba la puerta? Además pudo notar cómo algunos observaban expectantes desde la ventana, esperando a que la cubeta caiga sobre la cabeza de Donghyuck.

— Cada vez te humillas más. — Donghyuck negó con el rostro mientras una expresión de desagrado y superioridad abarcaba su rostro, para luego avanzar dentro del salón y sentarse a un lado de Iseul.

Danbi salió corriendo del salón hecha una furia, decidida a hacer pagar a Dongsook por su osadía. No la dejaría en paz hasta que se retuerza en el suelo rogando perdón por haberle hecho lo que le hizo frente a todos los de su curso.

— Chica, ¿Qué ha sido eso? — Iseul se colgó de su brazo en cuanto él se sentó a su lado.

— No lo sé. No tenía ni idea de que esa cubeta estaba allí. — Mintió.

— Yo sí, pero no sabía que iba para ti. — Donghyuck la miró intentando ocultar su sospecha.

Si había visto la cubeta, no costaba mucho deducir para quién era. Después de todo, según lo que Dongsook le había dicho, las únicas marginadas del salón eran ellas dos: Dongsook, la coneja; e Iseul, la gorda. Si no iba a ser para Iseul, que ya estaba dentro del salón, era obvio que sería para Dongsook.

Donghyuck sacudió su cabeza intentando alejar esos pensamientos de su cabeza, optando por creer que Iseul era, simplemente, algo estúpida.

Al volver su vista al frente, Donghyuck se encontró con un Mark de cuclillas frente a su pupitre, observándolo directamente a los ojos.

— Sí sabías que la cubeta estaba ahí. — Soltó él.

— Escuchar conversaciones ajenas es de mala educación. — Donghyuck enarcó una ceja.

— Me importa una mierda la educación. — Mark sonrió de costado, sin despegar sus ojos de los de Donghyuck.

— Qué interesante. ¿Te puedes apartar? Obstruyes mi vista. — Donghyuck comenzaba a cabrearse.

— ¿Y qué es exactamente lo que observas? — Lo que más molestaba a Donghyuck era que Mark estaba divirtiéndose. Se le notaba en la mirada divertida y la sonrisa burlesca.

— No te importa una mierda. — Soltó, desviando su vista hacia Iseul — ¿Quieres hacer algo después de las clases? — Le dijo.

— Sabías que la cubeta estaba ahí. — Repitió Mark sin dejar responder a Iseul, observando a Donghyuck atentamente — Lo noté, te observé por la ventana. Cuando llegaste a la puerta miraste hacia arriba y la viste sobre ella. Lo sabías, y dejaste que cayera sobre Danbi. — Se puso de pie, apoyándose con sus manos sobre el pupitre de Donghyuck y sin dejar de observarlo.

GENDER BENDERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora