The Waiter

Previo a San Valentín

Steve:

Todo su cuerpo tembló al ser tocado con la calidez de Tony. Podía sentirlo tan suave, caliente y deslizándose lentamente a través de su entrada cómo si quisiese desbordarse. Aún estaba fascinado y asintió varias veces a su pregunta, sintiéndose aún ensimismado con la sensación de estar unidos aún.

– Dime qué es en serio...– Susurró aún agitado, sonriendo al acariciarle el rostro y ascender por su cabello para peinarlo con los dedos. Sería la primera ocasión que celebraría una fecha cómo el día de los enamorados y si podía ser con Tony le fascinaba la idea.

Fue recuperando la respiración, y con ello, cayendo en cuenta de todo lo que había pasado. Rió suavemente, abrazándolo por el cuello con la energía recobrada, sin resistirse a besar con delicadeza el rostro del castaño. Tal vez un gesto demasiado cariñoso, pero que le había nacido hacer.

– Tony... ¿De verdad vamos a pasar ese día juntos? – Ensanchó su sonrisa y lo besó en los labios, atrayéndolo más cerca de él, casi sin querer soltarlo.

Tony:

Sonrió ante el entusiasmo de Steve. Temía que no aceptara y se lo estaba tomando con mucha alegría.

Rió ligeramente ante cada caricia y beso que le brindaba, era tan cariñoso.

–– Sólo lo pasaremos juntos si tú quieres. –– Usualmente no le agradaba el día, ya que solía recibir mensajes de ex enfadadas o rogando otra oportunidad. Además estaba Pepper y no quería ilusionarla invitándola, cuando sólo la veía como una amiga.

–– Estarás trabajando, pero pasaré por ti. Quiero llevarte a cenar. –– Besó su mejilla, su piel era tan suave y cálida. –– Eres al único que quisiera darle todo lo que tengo.

Susurró. Había luchado con ese sentimiento toda la vida, pero desde que conoció a Steve en el lugar menos esperado, no pudo contenerse más. Ya lo había aceptado y tomado el valor de invitarlo a salir, ahora estaban ahí juntos, unidos, siendo la primera vez del otro con un hombre.

Giró sobre la cama, causando que saliera de su interior, derramando su semilla sobre el colchón. Atrajo a Steve con ambos brazos, rodeándole para tenerle de nuevo cerca.

–– Estaré muy ocupado en la oficina estos días, pero pasaré por ti el día de San Valentín. Por ahora creo que mejor debemos descansar. –– Besó su frente y acarició en descenso su cuerpo, pasando por su cintura hasta colocar la mano en uno de sus glúteos. Steve le fascinaba.

Steve:

Su ausencia le provocó un escalofrío por el largo de su espina dorsal. Apretó los labios, ahogando un suave gemido en su cavidad y giró para recargarse en el pecho de Tony. Le gustaba la sensación cálida de sus brazos, aún se estremecía con su calor corporal y no se explicaba como él podía causarle tanto. Suspiró. Sólo se encargaría de disfrutarlo.

– Tony... de verdad gracias por hacerte un espacio para verme ese día. Sé que sueles estar muy ocupado...y me gusta saber que aún así tomes en cuenta la posibilidad de estar conmigo. – Alzó sus ojos azules hacia el castaño y le dedicó una sonrisa genuina. Con lentitud le acarició los labios y le atrajo hacia su boca para besarlo, dejando caer los párpados. Continuó, susurrando.

– Mañana puedo preparar el desayuno para ambos...es lo menos que puedo hacer después de esta noche tan maravillosa. – Le sonrió sobre los labios, esperando que aceptara la invitación. – Por qué...¿Te quedarás conmigo a dormir, verdad?

Tony:

– Claro que voy a quedarme. No quiero estar en otro lugar. – Susurró, abrazándole con fuerza. Cerró los ojos sin soltarle. Se dejó llevar por el sueño, pensando en lo que había hecho con Steve. Continuaba encantado.