Lluvia

LIVE: La Lluvia

Era una noche oscura de tempestad y aunque mis ojos estaban vendados podía ver la muerte frente a mí disfrazada con olor a plomo, mi quijada temblaba no solo de frió sino también de miedo, era una noche muy helada y la lluvia caía sobre mi frágil y herido cuerpo, una lluvia a cantaros, como si fuese el llanto de una madre a la que se le arrebataba su hijo de los brazos.

—¡CARGUEN! —vocifera el soldado.

Escucho los alaridos de mis compañeros que están a mi lado, las suplicas sollozantes que piden piedad, empiezo a sentir el olor de la pólvora de los mosquetes que están siendo cargados, mis rodillas duelen de estar arrodillada en este pedregoso suelo, saber que no volveré a ver a mi familia, que ellos nunca sabrán como fueron mis últimos minutos, incluso en estos momentos pasa por mi mente el ¿Cómo hubiese sido las cosas de no haber tomado las decisiones que tome?, si no hubiese ido en contra de los dogmas y hubiese seguido mi vida ciegamente como ganado, pero ese es el precio de la libertad, y el camino que eh tomado, y aunque no lo pueda concluir habrá otros que lo retomaran.

—¡APUNTEN! —exclama nuevamente el soldado.

Mientras siento que levemente la venda que estaba en mis ojos empieza a caer, y por fin veo la realidad que aún no asimilaba, mientras mantenía mis ojos vendados era como si fuera una pesadilla, pero en el momento que lo vi me impacto, y mi cuerpo tembló aún más, mis lágrimas recorrían todo mi rostro y se fundían con la lluvia, un pelotón de fusilamiento todos con sus mosquetes apuntándonos a nosotros tres, la desesperación que hay en mi me hace pensar en hacer cosas que jamás aria, al estar ante las puertas de la muerte sacamos nuestros más oscuros instintos, nunca eh sido una mujer muy devota por lo que no se si Dios aceptara mi alma en el paraíso o será Satanás quien me dé la bienvenida al averno.

—¡¡FUEGO!! —grita aun con más fuerza el soldado.

Mientras elevo mi rostro hacia el oscuro cielo tormentos, levemente cierro mis ojos intentando controlar el miedo y la desesperación que domina mi ser.

Escucho las detonaciones de los mosquetes los cuales incluso el potente sonido de los rallos no puede acallar, y aunque mis compañeros gritan desesperados yo acepto mi fin en silencio, con la fe en Dios de que... aunque yo muera aquí todo, estará bien.

Siento los  golpes en mi pecho seguido de un inmenso calor que acaba con el frió de mi cuerpo, pero el miedo ya ha desaparecido, y solo siento tranquilidad, mucha paz y despreocupación, mi inerte cuerpo cae de espaldas con mi vista hacia el firmamento, con mis últimas fuerzas abro mis ojos mientras las gotas de lluvia golpean mi rostro con furor, luego, silencio, mucho silencio, incluso hasta las gotas de lluvia han enmudecido, es el silencio que avecina el final... aun puedo sentir el olor de la lluvia que desvanece el aroma de la pólvora, no pienso en nada mientras mi alma se evapora suavemente, me despido de la vida con una sonrisa mientras doy mi último aliento...