"Especial narrado por James"
*****Domingo 15 de Agosto***** Después de la huida de Luciana y Jeanette.
Demasiado para un día...
Total tranquilidad, después de un descargo de palabras y de golpes. Señales improvistas, señales desastrosas, ya era hora de irme. Y salirme definitivamente.
—Escúchame, si ya no quieres seguir con nosotros, no me importa y lo sabes. Pero ahora iremos a una discoteca, tal vez quieras distraerte —soltó Jhosep, recogiendo las cervezas.
—No, estoy bien, iré a casa, el trabajo de limpieza me ha desgastado —solté dejando las cosas en su lugar. No sería bueno dejar evidencias.
—Bueno, nos vemos después —se despidió no sin antes dejarme en claro, lo que ya era obvio —Sabes que si te sales, no puedes decir nada de lo que has visto en este mes y menos de lo que has escuchado, te lo guardas para ti y listo. No amenazas, ni nada...
—Sí, lo sé, no es necesario que lo repitas, no soy de esas personas...
—Entonces ya es más que decirte, que lo sucedió hoy, quedó borrado, y esa "muchachita" lo sabe —escupió fastidiado —Así que no vallas en modo de príncipe a su rescate.
¿Me exige eso? ¿Enserio?
—Escúchame, yo si quiero habló con ella, ese es mi problema, no el tuyo —solté con el mismo disgusto.
—¡No voy a pelear contigo, haz lo que quieras! —exclamó dándose la media vuelta, para retirarse.
Ya no era más parte de su grupo, habían llegado lejos, al hablarle de esa manera. Ella sabía defenderse, sin embargo no lo hacía de la mejor manera. Y no solo en este momento, si no en su vida.
Quizás no conocía del todo a Jeanette, pero la veía, desde un punto alejado, como llegaba a la institución, como proyectaba sus palabras y como se retiraba en búsqueda de auxilio, que lo encontraba en algún lugar desconocido. Porque al siguiente día, hacía como si nada pasara. Pero lo rumores llegaban a cada salón y más a mis oídos. Quería saber lo que le pasaba.
Escuchaba de labios ajenos que era de lo peor, alguien tan prepotente, humillante y desagradable. No ponía las manos al fuego por nadie, pero sabía que mentían, aunque ni ella se encargaba de decirlo, porque al parecer no le importaba lo que pensaran los demás y de como su imagen ha sido muy mal llamada. Yo sabía que esa no era su verdadera persona, algo me lo decía. Es demasiado complicado.
Eres demasiado complicada, Jeanette. Pero aun así, te quiero.
Uff, la quiero. Eso era algo verdadero, es como un... un...
Un dulce regalo, necesito saber de ella, sea como sea. Es ese regalo que más esperas en una fecha importante, y te lo dan envuelto y lo único que quieres es quitarle esa envoltura y ver lo que hay dentro, descubrirlo y protegerlo. Quería quitar lo que la gente, y ella sin querer habían convertido en una mala envoltura. Saber quién es ella, hablar, compartir momentos en el que crea que mis sentimientos crecen cada vez más. Pero tampoco puedo avanzar si ella no me conoce, si no conversamos.
Acercarme siempre ha sido un reto, pero lo he ido llevando de a pocos. Hemos tenido charlas de unas cuantas palabras, que seguro ni ella se acordará. Eran insignificantes, solo del curso, o porque el profesor no llegaba. Ella estudia comunicaciones. Y yo diseño gráfico, cruzamos de vez en cuando.
Ella, siempre ha estado en su propio mundo...
Pero sé que ahora podré hablar con ella, de un modo u otro debo hacerlo. Y sé que no es el mejor momento, porque de seguro me verá mal. Pensará que soy cómplice de lo que acaba de pasar, solo hace unas horas. Pero me arriesgaré, aunque sea completamente estúpido.
Y lo reconocía, nunca debí meterme en ese grupo, Tepha me lo dijo, y no le hice caso. Pero ahora Jeanette me conoce, de mala forma, sí, pero lo hace. Supongo que es un comienzo.
Salgo tomando mis cosas, por las puertas traseras trepándome como si fuera un vándalo, o un adolescente rebelde queriendo escapar.
Voy de camino al siguiente paradero, ya que el estómago me ruge y hay un grifo cerca. Compraré una que otra golosina. No han tantas personas circulando, lo que es algo raro, ya que la mayoría sale de fiesta a estas horas. Reviso mi celular y efectivamente falta un cuarto para las doce.
Tengo que volver antes de las dos, de lo contrario, ya no me abrirán la puerta de la casa.
Paso por la acera, hacia el parque, y esta totalmente vacío.
Volteando hacia la derecha y junto a un gran árbol, mi mirada vuela inmediatamente hasta ese punto, sentada en la acera, Jeanette.
Demonios, ¿Qué hace allí?
Me acerco a algunos metros, escondiéndome en el edificio, detrás de donde esta sentada ella. Su cabeza esta agachada en torno a sus rodillas y sus manos tocando la arena. Hago un simple movimiento, tropezando con madera vieja. ¡Rayos!
Voltea hacia donde estoy, pero no ve. Se queda con la mirada hacia el cielo, susurrando palabras que no escucho. Sin embargo, gracias al poste que es el único que alumbra, puedo ver su rostro bañado de lagrimas. Lo primero que me viene a la mente, es lo que acaba de pasar. Las palabras dichas fueron fuertes, y tal vez tenga más problemas de los que pensé.
Sigo escuchando murmullos, pero esta vez oigo una maldición y unos golpes a sus rodillas. No esta nada bien. Gimotea y con sus brazos trata de parar las lágrimas.
Tragó grueso sin saber que hacer. Aunque creo que lo mejor sería ayudarla.
Y cuando estoy a punto de acercarme, se para, haciendo que por instinto retroceda, dice algunas palabras más y con pasos inseguras sale del parque. Veo su imagen y su sombra salir, mientras la noche seguía cayendo.
***
YOU ARE READING
Para ti, James
Romance_Renovaba versión de mi_ No concibo sueños, sin tu nombre dentro. Veo el cielo caerse en mis pies, porqué pensé en hacer bien. Hacer bien inútilmente, sabiendo que hacía mal. Mal del miedo de estar sola, en los noches frías en un país desconocido pa...
