Capítulo 3: Un día normal en la escuela

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Cuando salieron hacia el colegio, Ranko y Ranma se habían vestido igual, salvo por el color de su camisa. Ella llevaba una de color rojo mientras que la de él era de color celeste. Iban rápidamente, seguidos por Akane. Cada uno estaba sumergido en sus propios pensamientos. De repente, se dieron cuenta que alguien estaba parado frente a ellos bloqueándoles el paso:

- Kuno: ¡¡Mi hermosa pelirroja!!¡¡ Al fin te veo!!

- Ranko (le da un puñetazo enfurecida): ¡¿Qué haces aquí Kuno?!

- Kuno (se recupera y mira a Ranma): ¡Ranma Saótome, finalmente podré liberar a la pelirroja de tu yugo, para que sea mi esposa!

- Ranma y Ranko (lo golpean mutuamente y lo mandan a volar): ¡Qué disparates dices!

- Ranko (molesta, mirando a Ranma): Cuando dijiste que nadie más me iba a acosar, solo pensabas en las chicas, ¿no?

- Ranma (incómodo, rascándose la cabeza): Ehhh Bueno.

- Ranko: (sigue molesta): Me imagine...

- Akane: Es verdad... Ahora Kuno y Kodachi, te perseguirán sin descanso, Ranko.

- Ranko (indignada): ¡Ohh! ¡Diablos! (irónica) ¡Esto se va poniendo cada vez mejor!

- Ranma: (pensativo) Tengo el presentimiento que nos estamos olvidando de alguien.

- Ranko: ¡Por Dios! ¡Qué sean sólo ellos!

Una vez que entraron a clase, todos los alumnos quedaron sorprendidos al ver a Ranma y a Ranko juntos.

- Ranma (en voz baja): Tendrás que presentarte de nuevo ante todos ellos, porque sabían nuestro secreto.

- Ranko: claro, es verdad.

El profesor, algo confundido, le pidió a Ranko que se presente:

- Ranko (algo incómoda): Yo soy Ranko Saótome y soy pariente de Ranma. ¡Mucho gusto!

- Profesor: Muy bien señorita Saótome. Le pido que luego se agregue al listado de alumnos, sino no podré ponerle la asistencia.

- Ranko: Está bien.

Durante la clase, una bola de papel golpeó la cabeza de Ranma. Al ver de dónde provenía, se dio cuenta que era Daisuke:

- Daisuke (en voz baja): ¡Oye Ranma!

- Ranma: ¿Qué quieres?

- Daisuke (señalando a Ranko): ¿Cómo hicieron separarse? ¿son parientes ahora?

- Ranma (irritado): ¡Deja de molestar!

- Profesor (molesto): ¡Saotome! ¡Presta atención a la clase!

- Ranma: S... ¡Sí! (en voz baja) ¡Rayos!

En el receso, Ranma, Ranko y Akane se sentaron debajo de uno de los árboles del patio:

- Akane: Hay que pensar en cómo solucionar esto.

- Ranma: No lo sé. Por mi parte, me siento bien habiéndome liberado de la maldición.

- Ranko (enojada): ¡¿Cómo dices eso?! ¿¡A ti no te importa que ahora seamos dos?!

- Akane (seria): Es verdad Ranma... No olvides que antes odiabas la idea de ser mujer todo el tiempo.

- Ranma (molesto): ¡¿Y qué quieren que haga?! ¡Fuiste tú Akane, la que no se fijó antes de regalarme esa poción!

- Akane (enojada): ¡¿Sigues con eso?! ¡Eres un malagradecido!

- Ranma (enojado): ¡Me voy! ¡Hagan lo que quieran! (se va)

- Ranko: ¡Oye! ¡Espera! ¡¿A dónde vas?!

- Akane: ¡Déjalo Ranko! No le interesa en lo más mínimo lo que sucede (piensa un momento y se decide). ¡Muy bien! Si él no quiere ayudarte, ¡yo lo haré! (sonriendo)

- Ranko (con voz de titubeo): Gracias Akane (sonríe levemente).

Tras terminar la jornada escolar Akane y Ranko estaban regresando a la casa de los Tendoh. De improviso, Ranma apareció a su lado, caminando por la cerca:

- Ranma: ¡Oigan! ¡Se me ocurrió una idea!

- Ranko (molesta e indiferente): ¡¿Qué haces aquí?! ¡Ya vete de una vez!

- Akane (molesta): ¡Sí Ranma! ¡No te necesitamos! A diferencia de ti, yo quiero ayudar a Ranko.

- Ranma (molesto): ¡Maldición! ¡Y yo que me molesto en venir!

- Akane: Bueno, ¡¿qué quieres?!

- Ranma: Pienso que quizás la poción sea como el incienso que utilicé para entrenar con mi sombra.

- Ranko: ¿Dices que uno de los dos es una sombra del otro, como un alter ego?

- Ranma: Es posible, ¿no les parece?

- Akane: No lo creo Ranma, recuerda. Cuando te enfrentaste a tu sombra, si bien tenía tus técnicas y parte de tu personalidad, ésta no hablaba.

- Ranma: Pero tal vez se trate de una poción más poderosa.

- Ranko: Quieres decir que, si luchamos, y uno pierde ¿puede desaparecer?

- Ranma (sonriendo): Podría ser.

- Akane: ¡Eso suena ridículo! En aquella oportunidad que utilizaste el incienso, no leíste las instrucciones porque estaban en chino ¡Sólo decidiste usarla y ya!

- Ranma (se ríe y se rasca la cabeza): ¡Es cierto!

- Akane (despectiva) ¡Torpe!

- Ranko (decidida): ¡Bueno, eso no importa! ¡Estoy desesperada! ¡Sólo quiero encontrar una solución a todo esto!

- Ranma (la mira): ¿Acaso dijiste "desesperada"? ¿No debería ser "desesperado"?

- Ranko (sonrojada): ¡Upss! ¡Me equivoqué! (se ríe)

- Ranma (irónico): Si tú lo dices. (mira a otro lado)

- Akane (pensativa, mirando a Ranko): Mmm...

- Ranko (decidida mirando a Ranma): ¡Entonces luchemos! No perdemos nada con intentarlo.

A todo esto, los tres pasaron cerca de la tienda donde Akane había conseguido la poción. El dueño los observaba desde la puerta:

- Vendedor: Esa chica (por Akane) ... Y esos dos (por Ranma y Ranko) ... ¿Podría ser...? ¡Debo seguirlos!

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Maldición de amorWhere stories live. Discover now