Chapitre II

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    Al día siguiente, Camila se dispuso a ir a comprar despensa y algunos artículos de decoración para su nuevo hogar. Baja por el asensor del edificio hasta el estacionamiento y sube a su auto. Durante el trayecto escucha música a todo volumen, obviamente manteniándolo solo para ella.

    Semáforo tras semáforo ella entonaba las letras con más fuerza y entusiasmo sin siquiera importarle si el conductor de al lado la estuviese observando. Hace tiempo había decidido dejarse llevar por lo que le gusta hacer ignorando la opinión de los demás.

    Una vez que llega a su destino: apaga el auto y el estéreo además se asegura de cerrar todo bien antes de bajar. Entra a la tienda y toma un carrito para empezar a recorrer pasillo por pasillo y buscar lo que necesita.


     Pasado el tiempo, tenía ya la mayor parte de las cosas que necesitaba, entonces caminó al departamento de blancos cuando de repente, lo vio. A unos cuantos metros de donde estaba ella, se encontraba él, junto a otra persona.

    Algo en su interior le decía que se fuera de ahí. Su corazón comenzó a latir más rápido y el nudo en su garganta no se hizo esperar. Rápidamente desvió la mirada, pero cuando por fin reaccionó para escapar de ahí, ya era demasiado tarde.

- ¿Camila? - dijo alguien detrás de ella. Camila cerró los ojos con fuerza y soltó un largo suspiro antes de dar la cara.

- Hola, Humberto - suelta, con su mejor intento de sonrisa.

- ¿Cómo has estado? Hace mucho que no te veo -  le devuelve la sonrisa, la que solo provoca que el corazón de Camila lata más rápido. Maldita sonrisa.

- Pues... - se ve interrumpida por la acompañante de Humberto.

- Amor... - algo dentro de Camila se rompió (todavía más) - ¿qué te parece llevar este? - la mujer solo ignoraba la presencia de la otra chica en el lugar.

- Sigue sin convencerme - es ahí cuando Camila piensa que es un buen momento para huir, pero... - Oh, por cierto, quiero presentarte a alguien. Lydia, ella es Camila- la mujer voltea a mirar a Camila y más que mirarla, pareciera que la escanea parte por parte - Camila, ella es Lydia...

- SU NOVIA - dice con voz firme, tomando con fuerza la mano de Humberto. 

- Un gusto conocerte, Lydia - dice ignorando haber visto aquel gesto.

- Lo mismo digo - finge una sonrisa - ¿entonces, amor?

- Preferiría el otro - en eso el teléfono de alguien empieza a sonar, pero nadie hace el esfuerzo por contestar.

- Pero a mí me gusta este - interviene Lydia, ignorando lo que al parecer, es su móvil.

- Lydia, amor, ¿no vas a contestar? - sugirió Humberto por fin y ella a regañadientes se aleja para contestar.

- Linda novia - suelta Camila una vez que los dejan solos.

- Es buena persona, pero tiene sus momentos - Humberto se rasca la cabeza.

- ¿Sabe quién soy?

- Así es - ambos se quedan en silencio.

- Eso explica todo - suspira - bueno, es mejor que me vaya antes de que intente asesinarme - Camila se gira, pero Humberto la detiene.

- No te vayas - la toma del hombro - no le permitiría hacer eso y lo sabes - le dice para tranquilizarla - deberíamos estar en contacto, ¿por qué no me pasas tu número?

- Mira, no creo que sea buena idea y lo que menos quiero hacer es causarte problemas, pero me dio mucho gusto verte.

- A mi igual me dio mucho gusto volver a verte, pero insisto - dice esperanzado - tal vez un día podamos ir a comer o solo hablar.

- Créeme que me gustaría - se pone seria y ve que Lydia la vigila - pero me temo que a ella no le parecería.

- Mira, sé que es mi pareja, pero ella sabe que no debe ni puede meterse en mi vida - también gira a ver a Lydia - así que por favor, dame tu número - Camila suelta una sonrisa.

- Nunca has dejado de ser tan terco ¿verdad? - Humberto ríe.

- Sabes que siempre consigo lo que quiero - sonríe con satisfacción.

- Sí, me consta - ambos ríen - está bien, solo espero no recibir llamadas con amenazas, por favor.

- Yo no las permitiré.

     Luego de toda esa charla, Camila accedió a darle su número telefónico a Humberto. Ambos se giraron a ver a Lydia que todavía seguía al teléfono. Humberto decidió también darle su teléfono a Camila, pero cuando apenas iba a comenzar a dictarlo, Lydia lo interrumpió.

- Amor, llamó mi mamá para confirmar la cena de hoy con tus papás.

- Cierto, la cena de hoy - dice Humberto mirando a Camila.

- Sí, ¡por fin nuestros padres se van a conocer! - suelta Lydia con un tono de satisfacción.

     Al escuchar eso, Camila volvió a romperse por dentro y quería llorar, huir de ahí, deseaba no haberse encontrado a Humberto. Intento no verse afectada por aquel comentario dicho con el afán de molestarla, entonces decidió irse.

- Bueno, tengo cosas que hacer - dijo Camila con el nudo en la garganta - que tengan un buen día - y sin esperar ninguna respuesta, se retiró de ahí sintiendo el rostro de satisfacción de Lydia mirándola mientras se alejaba. No llores, no aquí, se repetía Camila mentalmente. Llegó a la caja, pagó lo que tenía que pagar y rápidamente salió al estacionamiento, lo único que quería en ese momento era morirse y con lágrimas en los ojos condujo hasta su departamento y por fin lloró en paz. 

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⏰ Last updated: Jan 19, 2019 ⏰

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