-Mi día un asco, los profesores no están mal, las clases tampoco, me enfrenté a Lizzie y no vi ningún chico potable.
Mi hermana parecía decepcionada, chasqueó la lengua.
-¿Seguro que no había ni un chico guapo?
Negué con la cabeza al tiempo que me encogía de hombros.
-Además soy la tutora de un chico nuevo-murmuré entre dientes, estúpido Peterson.
Eso interesó mucho a mi hermana que enarcó una ceja:
-¿Y...?-me alentó a que continuase con las manos.
-No lo soporto, lo siento-ella se dio por vencida y nos dejó entrar en la casa por fin.
No sin antes soltar un par de maldiciones sobre chicos y cosas que no entendí.
Cuando llegué al enorme salón, mis padres y mi abuela estaban allí. Tras saludarlos y comer un poco de bizcochón, hablamos de mi día en el instituto.
Luego vino lo serio, que habíamos estado evitando durante toda la tarde.
-Arianne, este curso cumplirás 18 años-dijo mi madre, como buscando la forma de que fuese más fácil hablar, pero Paul siempre es mucho más directo.
-Eso significa que es hora de que te presentemos a todos nuestros socios y personas potencialmente importantes-dijo seriamente, apretando la mano de mi madre sobre la mesa.
Me asusté, llevaba mucho tiempo queriendo asistir a una de esas famosas fiestas.
Pero, en ese momento se veía lejano y ahora estaba aquí, delante de mí, ya era la hora.
Y me asusté, mi garganta se cerró y acudieron los nervios a mi estómago.
Aunque realmente no sabía si estaba asustada o emocionada, porque sentía un ligero cosquilleo en mi pecho.
O simplemente era hambre, podía ser. Yo siempre tenía hambre.
Asentí, ya que no sabía si me saldrían las palabras.
Mi hermana dio un gritito muy agudo, que nos hizo sobresaltar a todos, pero luego reímos al comprobar que no era nada malo.
-¡Que emocionante!-exclamó dando un salto y aplaudiendo.
-El vestido, ¡oh dios no hay tiempo!-dijo asustada caminando de un lado a otro-¡los tacones! eso es más importante-Se paró de golpe.
-¡No! ¿Qué vas a hacer? Se me ocurre un número con fuego que...
-¡Lea!-la reprendió mi madre-No hemos decidido nada todavía, ni la fecha.
Se quedó quieta un momento, como analizando las palabras y luego se sentó de nuevo, alisando su camisa como cada vez que se decepcionaba.
-Cierto.
-Bueno, seguramente hagamos una fiesta un mes antes de Navidad, como es tradición...-dijo Paul rascándose la cabeza, pidiéndole aprobación a mi madre.
-¿QUÉ?-gritó mi hermana-ESO ES MUY PRONTO-se llevó las manos a la cabeza tirando de sus pelos.
-NO HAY SUFICIENTE TIEMPO-lloriqueó dando unas patadas al suelo en plena rabieta.
Mis padres suspiraron poniendo los ojos en blanco.
-Estamos a 8 de septiembre y la fiesta será casi a finales de noviembre-dijo mi padre apretándose el puente de la nariz-Son casi 3 meses Lea.
Ella se volvió a sentar sopesando las palabras.
-Cierto-repitió de nuevo, enrollando los bordes de su camisa con los dedos.
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Quiero darte un beso
Romance-¿Qué quieres de mi Eric? Te lo he dado todo-le grité fríamente y sin mirarlo, ni girarme- Me he entregado a ti, te he dado mi tiempo ,mi alegría, mis risas, mis llantos, mis sueños e incluso mis secretos-sentía un gran nudo en mi garganta que apena...
¿Podemos ser amigos?
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