Capítulo 5: Placada por la belleza

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-Estás loca.

Abril me miró con el ceño fruncido,  y se fue andando hacia la caravana.

-Eso ya lo sabía, pero gracias por recordármelo, supongo.

Zaire y yo comenzamos a reír mientras oímos el portazo que Abril dio con la puerta de la caravana.

-Pues a mí no me ha caído mal del todo... Me alegro de haber aceptado ir con ella a la ciudad, seguro que nos lo pasamos genial con sus excentricidades.

Miré a Zaire y sonreí. La verdad es que pensaba exactamente lo mismo.

Nos metimos en la caravana y fuimos a la habitación a preparar nuestras cosas para la tarde de turismo.

Cuando subimos al piso de arriba, vimos a Abril tumbada en el sofá comiendo pipas mientras hojeaba una especie de catálogo.

Se había recogido el pelo en un despeinado moño que había adornado con un pañuelo de cuadros anudado a modo de diadema en la cabeza, y ahora llevaba unas deportivas más cómodas que las bailarinas con las que había iniciado el viaje.

-¿Qué lees?

Zaire se acercó a ella y le quitó el catálogo de las manos.

-¡Haaalaaaa! ¡Es un horario de actividades en el camping! ¿De dónde lo has sacado?

La curiosidad pudo conmigo y me acerqué a Zaire para leer también el horario.

Abril se incorporó y nos dejó sentarnos con ella en el sofá.

-Lo he encontrado tirado en el suelo al venir a la caravana. Sería de alguien al que se le ha caído, aunque supongo que habrá más en la entrada del camping, justo en el tablón de anuncios donde vimos lo del alquiler de bicicletas.

Parecía que este camping pertenecía a una red de campings que había por toda Europa, y que precisamente se habían construido para la gente que decidía lanzarse a la aventura de viajar por el continente.

En la parte de atrás del folleto explicaba todo esto, y además incluía una lista con todos los lugares en los que había campings como este.

A lo largo del día se ofrecían diferentes actividades, la mayoría relacionadas con el lugar que se visitaba, y eran completamente gratuitas si te inscribías en el programa de campings.

Les señalé el precio del carnet de un mes a mis amigas.

-Fijáos, es bastante económico y tendremos lugar asegurado en todos los sitios a los que vayamos. Podríamos comprarlo.

A Zaire y Abril les pareció buena idea, y al final de la página vimos que se podía preguntar más información en la recepción, justo en la entrada del camping.

Decidimos ir a preguntar antes de salir del camping, y miramos la actividad que habría esta noche.

Era una barbacoa a la luz de las hogueras a la que podía asistir todo el que quisiera, y después se podría ir a la playa, que estaba al lado, a darse un baño.

Nos pareció una idea estupenda, y Zaire y yo coincidimos en avisar a Selfie y a su hermano para que se vinieran, a pesar de las pegas que puso Abril.

Dejé a Zaire y a Abril en la caravana guardando las últimas cosas en la mochila y cogí el folleto de actividades para enseñárselo a Selfie.

Iba caminando mirando el folleto hacia la caravana verde de Selfie, y como estaba tan concentrada, no me di cuenta de la piedra que me cortaba el paso.

Antes de saber lo que estaba pasando, me vi  cayendo bruscamente, pero no llegué a tocar el suelo.

Unos brazos me sujetaron con fuerza.

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⏰ Última actualización: Sep 07, 2014 ⏰

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Locuras de una noche de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora