Capitulo 43

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Recta Final

Hoy era el día. Voy a regresar a Arizona después de mucho tiempo. Me aterraba la idea de que me podía encontrar a mi regreso, pero esta era una visita que necesitaba hacer para estar bien conmigo mismo. Para que todas esas pesadillas terminaran de atormentarme por las noches de una vez por todas. Niall había recogido los boletos de avión ayer por la noche y Tyler ya tenía el suyo.

— ¿Estas lista?—me preguntó Niall después de haber bajado la pequeña maleta que compartíamos a la primera planta.

Me había esa misma pregunta toda la noche anterior, preguntándome si de verdad quería ir por las respuestas que tanto necesitaba.

—Sí, —le respondí segura. — ¿le has marcado a Tyler ya?

—Él ya salió hacia el aeropuerto. —respondió.

Bajamos al primer piso donde un taxi nos estaba esperando. Liam había insistido en que deberíamos viajar en auto. La idea de viajar día y medio por carretera no era muy atractiva. Llegamos al aeropuerto en una hora. Cuando entramos a este, Tyler ya estaba ahí con una pequeña maleta a su costado. 

— ¿Zack no va a venir?—preguntó Tyler frunciendo el ceño. Niall me observo fijamente.

No había hablado con él desde el día que había ido a la casa de Niall. Zack había ignorado todas mis llamados durante el resto de ese día. Hablar de mis peleas con mi novio no era algo que iba a hacer con Tyler y Niall.

—No. —respondí evitando la mirada de ambos. 

— ¿Por qué no vamos a entregar el equipaje?—preguntó Niall cambiando de tema rápidamente y salvándome.

Aterrizamos en Arizona una hora y media después. Nos tomo otra hora llegar hasta Phoenix donde vivíamos. Todo se veía tan diferente. Cada lugar por el que pasábamos estaba lleno de recuerdos y a la vez tan vacíos. Todos los recuerdos que aparecían en mi mente, eran con Niall o con su familia. No lograba recordar ninguno con mi mamá…o papá.

— ¿Quieres ir al hotel primero o…—preguntó Niall.

—No. Quiero hacer primero lo que vine a hacer a Arizona. 

Niall asintió con la cabeza y le indicó la dirección de nuestra antigua casa al chofer del taxi. Los nervios cada vez aumentaban. Demonios estaba yendo a ver a mi madre después de años. ¿Y si ella no quería verme? ¿Y si ella ya no estaba aquí? Niall tomó mi mano delicadamente y me dio un suave apretón seguido de una sonrisa de oreja a oreja.

—Estoy aquí. —susurró en mi oído.

Eso es verdad. Él estaba conmigo.

Mi casa no se veía como mi hogar. Y me pregunté si alguna vez se sintió como mi hogar. Se veía tan diferente y a la vez no había cambiado en nada. 

Supongo que me estoy volviendo un poco emocional. Niall y Tyler estaban detrás de mí, ambos habían insistido en venir conmigo. No era lo suficientemente valiente como para venir sola. Toque la puerta dos veces. Y esperé respuestas. Al pasar cinco minutos enteros. Volví a tocar sin obtener respuesta.

—Creo que no hay nadie. —les dije.

—Deberías de preguntarle a tu vecina. —dijo Tyler. La expresión de Niall era totalmente seria.

Me acerqué a la puerta del lado, y toqué dos veces. Pasó un minuto y la Señora Hyter saló. Ella había sido mi niñera tantas veces, pero ahora el recuerdo era muy borroso.

— ¿En qué la puedo ayudar?—preguntó al parecer sin reconocerme.

—Señora Hyter, soy Abby Heather. Vivía al lado, ¿me recuerda?

— Abby, te ves tan adulta e irreconocible. Estas muy hermosa y muy grande. Y pensar que te vi hace muchos años. —Comentó emocionada antes de darme un fuerte abrazo. — ¿Qué te trajo de vuelta a Arizona?

—Vine a ver a mi madre. No la he visto ni hablado con ella en muchos años. ¿Sabe si ha salido? He tocado la puerta pero nadie me ha respondido.

—He esperado este día por tantos años, y por fin llegó. Creo que deberías pasar, querida.

La Señora Hyter cerró la puerta cuando estuve adentro, dejando a Niall y Tyler afuera. La seguí hasta llegar a la sala. Julia, como se llamaba comenzó a buscar entre uno de los cajones del viejo estante de madera que se encontraba en la sala. 

—Puedes sentarte. —me indicó.—Estoy segura que la he guardado en este cajón.

— ¿A qué se refiere?—pregunté curiosa.

—A esto. —dijo sacando un sobre rectangular blanco. 

—Te has perdido de tanto, Abby. Sé que estás llena de dudas, y tu madre esperaba que algún día regresaras a aclarar todas ellas. Ella no podía irse sin dejarte esto.

— ¿Irse a donde? ¿Ella no está en Arizona?

—No, Abby. Tu madre falleció hace año y medio. Ella fue asesinada, el único sospechoso es…tu padre. 

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