Habían pasado tres meses desde que había partido en busca de los horrocruxes y por fin, había encontrado lo que andaba buscando.
- La cabaña de los Gaunt- susurre para mi misma.
Me transforme en mi forma animaga y al segundo, un gran olor a magia negra me inundó. Os preguntaréis a que huele, pero es mejor no saberlo. El olor a muerte es tan fuerte que me confundía. Al cabo de quince minutos encontré el anillo enterrado en el jardín trasero.
Sin despegar mi vista del objeto, me transforme a mi forma humana y mande un patronus al director de Hogwarts. A los dos minutos, Albus, ya se encontraba a mi lado.
- Vaya, es lo que me temía- dijo para si mismo.
Alzó la varita y rodeó el anillo con una barrera. Lo cogí y se lo guardo en el bolsillo cuidadosamente con una pequeña sonrisa en los labios.
- Sabía que podría confiar en usted- dijo con orgullo- ¿quiere seguir buscando los demás o quiere dejarlo?. Estoy orgulloso de usted ya, no tienes que hacerlo si no quieres.
- Voy a seguir, pero voy a tener una semana de descanso, si me lo permite- dije algo cansada.
Estos últimos meses apenas había dormido. La comida siempre escaseaba y la idea de darme una ducha con agua caliente se me hacía muy apetecible. Por no hablar de mi familia.
- Lo entiendo perfectamente- dijo tranquilamente.
- ¿Quieres que le diga el siguiente horrocux?- preguntó.
- Está bien- dije.
- Es un guardapelo, el de Salazar slytherin, pero me temo que no tengo ninguna pista para usted.
- No importa, lo encontraré- dije segura de mi misma- ¿alguna novedad?
- No muy bien- respondió- el Ministerio me busca, Umbrige es la directora, pero no creo que dure mucho- aseguró.
- Eso espero, bueno, creo que es momento de volver a casa, adiós- me despedí mientras me convertía en fénix de nuevo.
- Adiós- dijo.
Me aparecí en la entrada de la Orden y volví a mi aspecto humano. Llamé a la puerta, y a los pocos segundos, una voz conocida se escuchó.
- ¿Quien eres?- preguntó.
- Lydia Weasley, os deje una nota cuando me marché hace tres meses- respondí.
La puerta se abrío de inmediato y Sirius me miró con una sonrisa divertida.
- ¿En serio?, ¿una nota?- pregunto irónico- tu madre estaba histérica- dijo dejándome pasar- tienes suerte de que no esté aquí, si no hubiese sido una tercera guerra mundial.
- Seguro- dije abrazandolo- ¿está alguien más?
- Pues s...- Sirius fue cortado por un grito que reconocí con facilidad.
- ¡Lydia Weasley!- grito Nynphadora desde la puerta del comedor.
- Yo también me alegro de verte- dije con una sonrisa.
La pelirosa me aplastó entre sus brazos hasta que su primo la separó de mi ya que me estaba quedando sin oxígeno.
- Hola Lydia- dijo Remus detrás mía.
- Hola- respondí mientras le abrazaba también.
- Tienes que contarnos todo- dijo Tonks.
- Primero, no puedo y segundo, me voy a duchar- dije subiendo las escaleras.
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Una Weasley Diferente
FanfictionLydia Weasley nunca fue normal, aparte de poseer poderes que muchos soñarían con tener, siempre fue distinta a su familia. Su gran inteligencia la llevo a ravenclaw, separandola de su familia. ¿Que sera de la pequeña Lydia?