Su semblante cambio. Se cruzó de brazos y empezó a negar.

— Sofí, no te imaginas, no sabes todo lo que pasé. Fueron fríos intensos, pasé hambre y estuve horas pidiéndole a conductores que me trajeran. Caminé helados desiertos y tuve que pelearme con tres guardias—me tomó de los hombros zarandeándome un poco—. Ellos casi me asesinan

Se que en algunas cosas estaba exagerando y en otra no, así que lo miré entrecerrando los ojos.

— ¿Hablas en serio? —había cierta incredulidad en mi voz.

— Por supuesto que no, pequeña. Simplemente tomé un camión para llegar a la ciudad, seguido de un taxi que me trajo hasta aquí y por último salté la barda sin que los guardias lo notaran—respondió encogiéndose de hombros.

Solté un suspiro negando. Era increíble.

— Aún queda una cosa más. ¿Cómo supiste donde estaba? —pregunté con curiosidad.

Sonrió.

— Pequeña, ¿Cuándo entenderás que yo lo se todo? —dijo guiñándome un ojo—. Jamás te perdí de vista simplemente tomé mi distancia. Además, tu hermana bueno...ella sigue ayudándome.

Ay, Dios. Esa niña nunca iba a entender.

— Veo que tu sabes todo de mi y al parecer lo que ha pasado, pero que me dices de ti ¿Qué hiciste todo este tiempo?

— Vaya, Vaya, ahora tienes interés en mi—dijo sonriéndome—. Pero aquí lo que importa es que ya estoy de nuevo a tu lado.

— Bueno...para ser sincera no se si sea lo mejor, de alguna manera tu presencia siempre causa problemas— dije soltando un suspiro. Laín se llevó la mano al pecho indignado, iba a responder, pero continúe hablando—. No sé si sepas, pero aquí hay puras mujeres Laín, si alguien te llega a ver...no, mas bien si alguien me llega a ver contigo voy a tener serios problemas que realmente quiero evitar.

— Pequeña, yo nunca te metería en problemas—dijo de inmediato.

Intenté no reírme y mirándolo incrédulamente me crucé de brazos.

— ¿Oh, en serio? Si mal no recuerdo estoy indirectamente aquí gracias a ti. ¿Quieres que empiece a recordarte todo?

— Lo que no ves Sofí es que los sucesos que ocasione en tu vida no fueron problemas, si no enseñanzas. Cuanto te quité el libro te enseñé lo que era la paciencia. Cuando te quité a Eduardo de encima te enseñé a alejarte de personas que no aportaban nada a tu vida. Cuando descubrí tu secreto, te enseñé que no debes ser distraída y dejar ese tipo de cosas a la vista...

Antes de que prosiguiera me empecé a reír.

— Idiota, acabas de justificar todo lo malo que hiciste con lecciones de vida ¿En serio, Laín?

Se encogió de hombros y sonriéndome con ternura respondió.

— Es que es la verdad, pequeña. Tú lo ves para mal yo le sacó el lado bueno.

Si proseguíamos con eso sería una discusión interminable, así que cambié súbitamente de tema.

— En fin, dime con qué objetivo o propósito viniste.

— No se si recuerdas, pero somos novios. Es normal que quiera estar cerca de ti.

— Wow, un momento, alto ahí. No somos novios, nunca me lo pediste.

— ¿Sabías que en Alemania no se pide ser novios?

— Esto no es Alemania.

Laín asintió.

— Bueno, entonces te pregunto. Sofí, ¿Quieres ser mi novia?

— Claro que no, no quiero.

— ¿Mi amiga con derecho?

— ¡Qué! ¿Estas loco? Por supuesto que no.

— Tenía que intentarlo—dijo sonriendo.

En ese preciso momento se escuchó un ruido, miré rápidamente a Laín y le susurré.

— Si alguien nos descubre ambos estaremos muertos, debes esconderte.

— Tranquila, pequeña. Nadie me verá, tengo mi capa invisible—dijo guiñándome un ojo.

Negué. Cuando escuché la voz de Laura cerca del pasillo dónde estábamos me sobresalté.

— Ya son más de las diez, voy a cerrar la biblioteca, sal de aquí ahora, Sofía.

Intercambié una mirada con Laín. ¿Qué íbamos hacer?

— Voy en un segundo—dije alzando la voz.

Escuché los pasos de ella alejándose, fue entonces que me encaminé a la salida con precaución y con Laín a mis espaldas. Giramos en un pasillo y para mi desgracia y sin entender como era posible Laura estaba de pie cruzada de brazos observándonos. Sonrió y puedo asegurar que era la peor sonrisa que había visto en mi vida.

Como un gato acechando a su presa empezó acercarse hacía nosotros, miró a Laín de arriba abajo.

— Pero que tenemos aquí. Que gran sorpresa, ha pasado mucho tiempo B'dLaín.

— Puedo notar que sí, ya estas más vieja de lo que recordaba— respondió devolviéndole la sonrisa.

Acto seguido la cara de Laura se convirtió en una mueca.

— Veo que te siguen faltando modales.

Estaba un poco atónita ante aquella situación. Cambié mi mirada de uno a otro y hablé despacio.

— Aguarden un momento ¿Cómo es que ustedes dos se conocen?

La contestación de Laura fue la siguiente.

— El mundo es muy pequeño, Sofía.

Pero eso no respondía mi pregunta. 

N̶O̶ Fue otra noche locaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora