PRÓLOGO

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 ¿Qué es lo que te motiva a seguir adelante, despertarte, tener ganas de vivir? ¿Qué pasaría si esa motivación desapareciese de la noche a la mañana, si de repente todo se volatilizara y no quedara ni las cenizas de lo que un día fue vida? Cuando pierdes el rumbo, cuando pierdes tu apoyo, cuando pierdes tu todo en la vida, no sabes contestar estas preguntas. Por saber no sabes ni cómo te llamas, pero eso da igual, no te importa un comino tu nombre. Tu mente entra en trance y no distingues la noche y el día. Tu vida se vuelve monótona, activas el automático y te dejas llevar. Has perdido la chispa que te mantiene cuerda. Ese sentimiento que te remueve por dentro y te impulsa a ver un nuevo mañana ya no está. De la nada surge una tristeza que te envuelve y te entierra de tal forma que es imposible levantar la cabeza y cuando crees que estas viendo la superficie del hoyo, la ira, la furia y la devastación se convierten en tus mejores amigas sacándote, sí, ¿pero a qué precio?

Tus conocidos y familiares intentarán ayudarte pero solo las primeras semanas y con suerte los primeros meses, después de un tiempo tus problemas serán parte de ti, se agarrarán como una garrapata y no te soltarán, y ellos se habrán acostumbrado a verte así, no conciben la vida de otra forma porque, de repente, tú, ya has adoptado unas nuevas costumbres. Forman parte de ti.

Basta tan solo un nanosegundo para que todo se ponga patas arriba, para que tus ideales se vayan a la mierda y tu "perfecta" vida con ellos. Y que me parta un rayo si no supiese de lo que te estoy hablando. Solo hubo una persona que tuvo los cojones de plantarme cara y hacerme afrontar la nueva realidad. Me tendió la mano sin esperar nada a cambio, me ayudo a levantarme y esperó hasta que estuviese cuerda.

Acudí a varios psicólogos. Estuve rotando de uno a otro porque ninguno me aguantaba, tuvo que llamarme la atención él para que parara de hacer el gilipollas y dejara a los profesionales obrar en mi. Me hicieron plantearme el porqué de mi vida y me obligaron a pensar en ello día sí y día también haciendo una lista mental de siete cosas que ayudaran a afrontar el día, no importa qué. Es duro dejar tu vida en manos de un tercero que no para de tocarte las narices y de remover mierda pero gracias a eso a día de hoy las heridas han cicatrizado.

Él dice que cada cosa tiene su tiempo y que el del luto ya acabó. Ahora me toca vivir a mi, por mí y por ellos, me toca dar las gracias por haber despertado después del accidente, por tener a Maggie y a él conmigo y me toca ser feliz. El recuerdo de lo ocurrido siempre me acompañará, las pesadillas no desaparecerán definitivamente, lo sé, pero puedo lidiar con ello y poner las cosas a mi favor.

Todo lo aprendí gracias a él y si a día de hoy me volviesen a preguntar qué es lo que me motiva a despertarme un día más, diría que no es qué, sino quién. Él.

La debilidad de HugoWhere stories live. Discover now