01

670 65 119
                                    

Cathrin

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Cathrin

Limpio las lágrimas calientes con el dorso de mi mano. Ellas nunca paran. Lo sé, y lo compruebo en el momento en que uno de esos temblores de mi cuerpo me ataca, mi rostro se calienta y muerdo mis labios para que ningún sollozo escape. Más gotas saladas resbalan por mi rostro y ya no me esfuerzo en removerlas, no funciona hacerlo.

Me pregunto si todos sentimos que hay un defecto en nosotros, y si todos nos despertamos y dormimos pensando: «¿Qué hago aquí?», o pensamos lo que piensan todos. No sé  si mis palabras tienen sentido, pues lo siento, tengo un estado extraño que me hace cavilar. ¿Algún problema con eso? Sí, carajo. Cuando piensas mucho, terminas sabiendo de más, y ya se ha demostrado que las personas más inocentes terminan siendo las más felices.

Hay algo malo conmigo, pero no tiene explicación. Caigo, y no tengo de dónde sostenerme. Cada vez que lo hago me siento muerta, estoy aquí, pero no quiero estarlo y tampoco quiero alejarme. Es una sensación que no le desearía ni a mi peor enemigo... 

Bueno, cambio de opinión, sí se lo desearía. Pero ellos no sienten culpa, ¿pueden siquiera sentir algo?

Mi corazón se oprime de una forma dolorosa y palpita con rapidez, la respiración me falla, mis ojos pican, mis estados de humor se vuelven los peores y tengo que miedo de que eso me haga más daño. Algo no anda bien conmigo, pero no sé tampoco qué es. ¿Eso se siente el sufrir o el morir? A veces pienso que estoy en un punto entre ambas. Cierro los ojos y tomo una buena bocanada de aire para dejarlo espacar lentamente. Necesito calmarme. La ansiedad o la mierda que sea esto me consume.

Sé que algún momento hemos pasado por esto, pero no nos gusta admitirlo, porque estamos asustados, porque no queremos preocupar a nadie, porque no deseamos arruinarle la jodida noche a nadie por algo que luego se pasará. Porque bueno, ni siquiera pensamos si a alguien le interesa. Soy un desastre, muchos también, y lo aceptamos aunque nos duela, o solo lo hacemos, ¿cuál es la diferencia? El dolor no no quita ese hecho. 

Truce de Twenty one pilots resuena a través de mis audífonos y sonrío con tristeza. Es increíble la paz que una canción puede transmitir. Me encanta oír música, me relaja. El tono lento, las vibras se deslizan por mi cuerpo con paz, la voz de Tyler Jhosep me embelesa, la letra de la canción me da ánimos, su significado... todo actúa en perfecta sincronía. Son mis sedantes porque no tengo dinero para unos que vengan en pastillas.

Una vez le pedí a mamá pastillas para dormir por mi insomnio, pero ella no me las dio, dijo que me podría volver adicta y... tengo un poco de esperanza. 

Detesto llorar tanto, con o sin razón, lo odio. Me pregunto cómo actuaría si no tuviera una asquerosa tendencia a llorar por todo. Hay personas que sobreviven tan fuertemente a malos momentos, tal vez peores que los míos, ¿Por qué yo no soy así? 

¿Exagero?  

—Patética— me recrimino, mis manos rascan mi cuero cabelludo. Mi piel se vuelve de gallina. 

Bajo la luna ©Where stories live. Discover now