Capítulo 1

21 3 2
                                    

—Se esperan vientos huracanados que podrían alcanzar los 350 quilómetros por hora. Estamos sin duda ante uno de los mayores ciclones que han azotado al país. Se prevé que toque tierra pasadas las dos de la madrugada del miércoles. En estos momentos se encuentra en el atlántico y se aproxima a una velocidad de 250 quilómetros por hora. La categoría que se le ha asignado es la 4 y se espera que se intensifique...

Katy coge el mando y presiona el botón de apagar.

—¿Qué haces? —dice Carl. —No me he podido enterar de lo que estaban diciendo.

—Llevas toda la semana escuchando todas las noticias sobre ese estúpido huracán. ¿Qué más quieres saber? —contesta Katy.

—¿Seguro que estás bien? Pareces preocupada.

—Si, es solo que... bueno ya sabes. No me gustan las tormentas, eso es todo.

—Cariño, sabes de sobra que eso no es lo que te pasa. ¿A qué vienen tantas preocupaciones? Te noto muy rara últimamente.

—Que más da lo que me preocupe a mí. Total, no importa mi opinión—contesta Katy, sentándose en el sofá.

—¿Por qué dices eso? Sabes que no es cierto.

—¿De veras? —Katy se levanta y se posiciona frente a Carl— Entonces, ¿por qué te vas sin consultármelo? Aceptase así, sin más. Sin preguntarme nada antes. Te vas tan tranquilo al espacio, y nos dejas a las tres aquí.

—¿Así que todo esto es por eso? Joder, Katy. Sabes de sobra a lo que me dedico. Lo sabes desde hace 20 años. Desde que nos conocimos, Katy. No se porque te sorprende tanto. Me voy por trabajo.

—Yo me casé con un ingeniero aeroespacial, no con un astronauta. Y sí, pasabas mucho tiempo en el trabajo. Pero esto ya es excederse. ¿Tú sabes la de veces que me he sentido sola cuando no estabas en casa? No quiero sentirme así durante los próximos cinco años.

—Cariño, la misión solo dura dieciocho meses.

—Como si dura tres semanas, joder. —Katy rompe a llorar y Charles acaricia sus apaisados hombros. — No quiero perderte, no quiero que te vayas, Charles.

—Debo hacerlo, Katy. He arriesgado mucho y por fin todos mis esfuerzos han dado sus frutos. Sé que no te gusta la idea, pero es uno de mis sueños desde que era un crío. Solo te pido que me esperes. Quizás pueda volver antes.

—Charles... te quiero. Te esperaré. —Katy y Charles se funden un cálido beso.

—¡Papá! ¡Mamá! —gritan al unísono Betty y Queen correteando des de sus habitaciones hasta que abordan los hombros de su padre.

—Hola ratoncitos míos. ¿Qué hacéis todavía despiertas? —pregunta Greg.

—No tenemos sueño—contesta Queen, la hija mayor de 12 años.

—Papá... ¿es verdad que te mudas a la luna? —pregunta Betty, la hija pequeña de seis años.

—No, cielo—sonríe. —Papá no se va a la luna. Se va a la estación espacial internacional, una nave gigante que hay aparcada en el espacio, a muchos quilómetros de aquí.

—¿A cuántos? ¿A un millón? —pregunta la pequeña.

—No, Betty—responde el padre sonriendo—a tantos no. A cinco mil quilómetros.

—Eso es mucho papá. No quiero que te vayas.

—Ni yo.

Las dos niñas abrazan fuerte a su padre. A Betty se le escapa alguna lágrima.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 04, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Te bajaré la luna, si hace falta.Where stories live. Discover now