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  Ya sabéis el comienzo de mi historia, pero no sabéis quien soy ni como soy:Hola soy Duna, una chica de 18 años recién cumplidos. Físicamente, soy una chica de pelo rizado color azafrán y unos ojos verdes, grises y amarillos, desde pequeña me decían que con mis ojos podían ver mi alma, eso no se si era un alago pero, me lo tome como tal, mido 1'67m. Sobre mi personalidad que decir... la verdad soy una chica muy defensora de los débiles y eso mas de una vez me trajo problemas,también suelo ser algo imperactiva y con carácter.
Sobre mi carácter... la verdad, no nací siendo fría, me enseñaron que debía serlo para que nadie me manipulara como hacían cuando era pequeña. Hablando de cuando era pequeña, debería de contaros porque actualmente soy así.

Cuando era pequeña era una chica sonriente, muy alegre, sin miedo al futuro, ni a los cambios, no puedo decir que tuve una mala infancia, pero todo dio una vuelta con el primer cambio, el instituto. Muchos ven el instituto como un lugar para hacer nuevos amigos, nuevas experiencias, locuras y mucho mas, pues para mi fue una pesadilla cuando entraba por esas grandes puertas de madera en barnizadas y el hierro negro que brillaba con los pocos rayos de luz de la mañana. Antes de empezar el instituto, ya le tenia miedo, conocía la gente que tendrían que ser mis amigos y mas que amigos... eran malos compañeros/ conocidos.

Eran los típicos malotes de la clase, sin autoestima, que insultaban a los débiles para sentirse mejor (nunca entendí como funciono eso), cuando era pequeña era una niña que no estaba en la mejor condición física, pero cualquiera que sea comparada con sus compañeras de clase, altas, flacas, que iban a la moda... cualquiera era una del montón. Recuerdo la primera vez que me insultaron por mi físico, aquellas palabras me marcaron, ¡GORDA!, y mas cuando eran repetidas constantemente, día tras día, me callé porque pensé que era lo mejor, si decía algo, acudirían a ellos para saber como arreglar el problema, pero el problema no se arreglaría, si no al contrario, ellos verían que me molesta y lo seguirían haciendo mas. Aguante en silencio 3 largos meses, hasta que me di cuenta que el verdadero error no fue llegar a este instituto, el problema era enfrentarme sola a mis demonios.
Intentaba que no se notaran mis golpes emocionales, pero se veían venir, no comía, no hablaba, lo único que hacia era dormir, ya que así no pensaba en nada ni nadie, nunca me alegre tanto de no existir.


Llego un momento donde tuve que hacerlo, tenia que contarlo, ya no solo eran lagrimas, ahora eran llantos, auto lesiones, pero nunca, nunca... narrar mi situación.  


Aquella bonita historia... (Skuad) Where stories live. Discover now