XV. El bosque de los suicidios

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Lugar: Japón

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Lugar: Japón


Aokigahara

Podrás entrar, oh, por supuesto que sí. Entra, mira a tu alrededor, inhala naturaleza y el poder mágico que miles de años han forjado sobre este lugar. Eso sí, no esperes salir de aquí con vida.



Su nombre oficial es Aokigahara (青木ヶ原), más es conocido como "El mar de árboles". Es un bosque de 35 km cuadrados ubicado en la base del monte Fuji, Japón. Se le asocia históricamente con demonios de la mitología japonesa y hasta hay poemas de más de mil años de antigüedad que indican que el bosque está maldito. El turismo solo está permitido en zonas vigiladas y se colocan numerosas señales de advertencia (en varios idiomas) para que la gente no se adentre al bosque (aunque no es ilegal, por eso solo son advertencias), en especial si se tienen intenciones de suicidio.


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Históricamente hablando, Aokigahara se formó gracias a los constantes torrentes de lava provenientes del monte Fuji durante los años 800 y 1083. Japón sufrió grandes hambrunas y epidemias durante su época feudal del siglo XIX. Las familias pobres, debido a estos casos de fuerza mayor, abandonaban a su suerte a los niños y ancianos que no podían alimentar; esta costumbre se denomina Ubasute. Es debido a esto que surgieron historias en las que se afirmaba el bosque estaba encantado por las almas en pena de la gente que falleció allí. Se especula, sin embargo, que su fama como lugar "idóneo" para suicidarse surgió durante la década de 1960 cuando se publicó la obra "Nami no Tou" de Seicho Matsumoto (en la que al final, una pareja de amantes se suicida en el bosque). Otro factor, más adelante en 1993, que no ayudó a limpiar esa fama fue la publicación del libro "El completo manual del suicidio" de Wataeu Tsurumi, una guía para suicidarse que recomienda el bosque como destino final idóneo antes de pasar a la otra vida.

El bosque con el pasar de los años también adquirió otro nombre: Jukai, que se traduce a "mar de árboles". Esto se debe a que las copas de los árboles se mecen de tal forma que a quienes visitan el sitio, les recuerda al mar. El piso es irregular y está lleno de pequeñas cuevas o con raíces cubiertas de musgo que crecen sobre la lava seca que una vez fluyó allí. El suelo tiene un alto contenido de hierro que interfiere con el GPS y las señales de los teléfonos celulares, perderse en Aokigahara es en extremo sencillo. Yūrei () son las figuras relacionadas a este tenebroso bosque. Los Yūrei son lo que para la cultura occidental representa un fantasma. El nombre consiste de dos kanji , (yū), que significa "débil" u "oscuro" y (rei), que significa "alma" o "espíritu". Como las contrapartidas chinas u occidentales, los Yūrei son considerados espíritus que no hay llegado a encontrar la paz que se supone se encuentra detrás de la muerte. Según las creencias japonesas tradicionales, todos los humanos tienen un espíritu o alma llamado 霊魂 (reikon). Cuando una persona muere, el reikon abandona el cuerpo y entra en una forma de purgatorio, donde espera que se realicen los ritos funerarios y post-funerarios adecuados, para que pueda unirse a sus antepasados. Si esto se hace correctamente, se cree que el reikon se convierte en un protector de la familia viva y que regresa anualmente en agosto durante el Festival de Obon para recibir las gracias. Sin embargo, si la persona muere de manera repentina o violenta, como el asesinato o el suicidio, si no se han llevado a cabo los ritos adecuados, o si están influenciados por emociones poderosas como el deseo de venganza, amor, celos, odio o tristeza, se cree que el reikon se transforma en un yūrei, que luego puede cerrar la brecha hacia el mundo físico. La emoción o el pensamiento no necesitan ser particularmente fuertes o motivadores, e incluso los pensamientos inocuos pueden causar que la muerte se perturbe. Una vez que un pensamiento ingresa a la mente de una persona moribunda, su Yūrei regresará para completar la acción en la que se pensó antes de regresar al ciclo de la reencarnación. Es debido por esta creencia que se cree que el bosque de Aokigahara está lleno de estos espíritus y de demonios. Como resultado de tantas muertes ocurridas en Aokigahara, los espiritistas japoneses creen que el bosque está encantado. Se cree que los espíritus de los muertos entran en los árboles, causando así que ocurra una actividad paranormal. Se dice que estos espíritus son hostiles, y evitarían que las personas abandonen el bosque.


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El bosque siniestro

El bosque siniestro (The Forest, en inglés) es una película del 2016 que cuenta la experiencia de una mujer que decide introducirse en Aokigahara con el objetivo de encontrar a su hermana perdida.

El film, con un final sorpresivo e impactante, plasma el mito de una forma interesante y por ello recomendamos verlo.

A continuación, el avance:



Tú ¿Pasarías una noche en este bosque?

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