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Jarabe de chocolate

Emilia, con su pie izquierdo puesto fijamente sobre su patineta, era impulsada por su otro pie llegando a alcanzar una velocidad realmente considerable, con el único fin de no demorarse tanto en llegar a la casa de su novio, un joven noble y bueno de 24 años recién cumplidos, con cabellos crespo e acento italiano como los que a ella le fascinaba; con un porte y elegancia prominente y sobre que era el famoso heredero de las empresas balsamos el joven vivia en un apartamento lujoso.

Dando un gran y último impulso,  estaba ya muy cerca de llegar a su destino. Por dentro se sentía extraña, siendo invadida por millones de sensaciones paralizantes y que solo era capaz de sentir cuando estaba cerca del único chico que amaba desde que lo conocio en el jamd and roller Estaba emocionada.

Sin embargo, el sentimiento de tener que realizar un trabajo universitario de lo más absurdo, burdo y engorroso; así como el hecho de no haber podido dormir ya en varios días debido a una causa que según el doctor se debía al mero estrés sufrido por los trabajos y examenes universitarios; eran las causas por las cuales todos esos síntomas le producían un efecto contrario al que su corazón le dictaba.

El insomnio le había obsequiado también un par de ojeras muy bien marcadas bajo sus hermosos ojos y la pérdida momentánea de sus instintos más bajos, evitando a toda costa ya en repetidas ocasiones encuentros muy personales con su novio aunque por dentro se moría de ganas de que estos se consumaran. Fue así, como después de pensar un poco en la situación que la acongojaba,emilia no se había dado cuenta de que la casa de su chico amado, se había quedado ya unos metros atrás. No obstante, cuando se percató del error fue demasiado tarde, frenando de golpe, tropezando y cayendo sobre una zanja en construcción llena de lodo y fango; ensuciando así su blusa pegada en color rosa, la cual dejaba ver claramente que la juventud  le había sentado muy bien; su pantalón de mezclilla así como sus zapatos y parte de su cabello para finalizar con su mochila, la cual llevaba sobre sus hombros; cargada hasta reventar de útiles . En ese momento, su novio, el cual se encontraba abriendo la puerta de su  apartamento dejando salir a una perrita llamada eclipse que emilia le habia regalado despues de la pelea con luna.

Algo ironico

—¡emilia! —Salió corriendo en su auxilio—. ¿emilia estas bien?

—¡Rayos! —Se quejó la rubia en cuando se quiso levantar—. ¡Perfecto! Esto era lo único que me faltaba, ahora toda mi ropa se encuentra cubierta de sucio lodo. ¡Qué asco!

—Permíteme ayudarte. —Le extendió la mano—. ¿Estás bien?

Si, estoy bien, no te preocupes. —Dijo ignorando la ayuda del joven, saliendo de la zanja por su propio pie y sacudiéndose la suciedad pero sin girar a mirarlo a los ojos todavía—. Fue un descuido mío.

—Ese accidente se vio muy violento. ¿Estás segura de que estas bien?

—¡Ya te dije que si
—Lo miró y le gritó de manera hostil y sin consideración alguna—. No tienes porque sobreprotegerme todo el tiempo, yo puedo cuidarme sola. Te diría que te pareces a mis padres pero ni siquiera ellos servirían de un buen ejemplo.

—Lo siento … —Agachó la mirada al sentirse regañado—. Yo solo quería asegurarme de que no te hubiera pasado nada malo, eres mi novia y yo soy el responsable de cuidarte y protegerte en todo momento.

se tranquilizó un poco al escuchar sus sinceras palabras y no le quedó de otra más que sonreírle al chico.

—No, perdóname tú a mi  —Suspiró—. Como te lo dije por el chat de Facebook hace un par de días, he estado bajo mucha presión últimamente y a veces se me olvida que no debo arrastrarte hacia mis problemas tanto personales como familiares.

one shots soy lunaМесто, где живут истории. Откройте их для себя