Capítulo 13 COMPLETO

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Iuola cerró los ojos y miró su mesa de noche donde se encontraba el diario de Adele Weasly. Había tomado una decisión, investigaría por su cuenta y le haría creer al barón de Weasly que ella se apartaba de la investigación, no obstante le diriía todo lo que decía el diario y que él sacara sus congeturas. 
-Sólo espero que Wolf no tenga nada que ver Dios mío-dijo ésta al cubrirse con la sábana-sólo eso te pido

***

Iuola se encontraba en el desayuno que ofreció la condesa de St. James, que por cariño todos en la familia le decían “Mama Odie”. Ésta espectacular mujer era como una madre para su cuñado Robert Harris, por ende, ningún miembro de la familia faltaba a sus invitaciones, ni siquiera su hermano Wolfram que no mostraba interés a ningún acontecimiento que no le beneficiara políticamente. El conde de St. James había mancillado tanto el título que los miembros de la sociedad se rehusaban a ir a St. James House, sin embargo, gracias a los fuertes lazos entre ellos y la familia Westhampton han logrado que muchos ignoren los escándalos del conde, puesto que Wolfram no se pierde una sola velada.
La primera actividad luego del esquicito desayuno que ofreció la condesa, fue el paseo a caballo para los caballeros y una clase de bordado especial para las damas que ella misma ofrecía. Así que estos se marcharon mientras que todas las damas estaban reunidas en el salón principal bordando.
—No puedo creer que no se nos permitiera ir al paseo a caballo—se quejó Georgia—Mama Odie sabe perfectamente que no sé cómo bordar
—Sí, debe de entender que es demasiada información para tu diminuto cerebro—dijo Iuola sin dejar de mover su aguja
—Cállate—le ordenó ésta
—Debes entender que mama Odie es demasiado anticuada y cree que estas cosas divierten a una dama—comentó Aitasis mientras trataba de hacer la flor que bordaba Becky pero solo tenía nudos por doquier
—A mí esto me divierte—agregó Becky
Aitasis la miró—Me decepcionas
En ese momento se acercó la duquesa de Leithold y Iuola se pusieron de pie y le hizo una reverencia.
—Su excelencia—la saludó
—Mi lady, no sabe cuánto gusto me da verla
Iuola le sonrió—¿Conoce usted a mí hermana y a mis cuñadas?  
La duquesa negó con la cabeza y Iuola prosiguió a hacer las respectivas presentaciones.
—Estoy buscando a Westhampton—le informó.
—Aún no ha regresado del paseo excelencia—le dijo Becky
—¿Saben a qué hora estará en casa? Me urge hablar con él—insistió ésta y todas se miraron.
—Supongo que podemos retenerlo mañana por la tarde a la hora de la merienda—le dijo Aitasis
—Se lo agradecería muchísimo
—Venga a tomar la merienda con nosotras—la invitó Iuola.
—Así será—les dijo ésta—Debo volver a mi bordado, gusto en conocerlas
Todas asintieron y la duquesa se marchó.
—Qué mujer más amable—comentó Becky—la mayoría de las duquesas que conozco tienen su habitual cara de piedra
—Y es muy hermosa para su edad—añadió Aitasis
Mientras que ellas hablaban Iuola sintió que alguien la estaba observando y vio a una doncella asomada en la puerta, ésta le hizo señas para que se acercara.
—Vuelvo en un momento—anunció y se dirigió a ésta. La chica salió y Iuola cerró la puerta tras sí.
—Mi lady…—empezó a decir ésta. Y en ese momento detrás de la columna apareció Sir Aaron. La chica se fue corriendo y desapareció en el pasillo.
—Por favor mi lady no se le ocurra huir, usted y yo tenemos que hablar—le dijo este y Iuola alzó las cejas.

***

Camelia quería estar en el mismo purgatorio o en cualquier otro sitio terrorífico menos en la habitación de Lord Wolfram Arthur Henry, duque de Westhampton. Había aprovechado que la casa estaba desierta y que hasta su esposo se había ido al desayuno de la condesa de St. James para hacer lo que le había encomendado Iuola.
Camelia seguía caminando de un lado al otro en frente de las dos puertas de la habitación del duque, la cual estaba sospechosamente abierta. Eso no le gustaba para nada. Ésta suspiró, se llenó de valor y entró con mucha cautela. Ésta cerró tras sí y le colocó seguro.
—Cielo santo...—susurró Camelia al ver el gran salón que llamaban “Habitación de Wolfram”.
De esta se desprendían dos columnas blancas y en el centro de la estancia se encontraba la cama más grande que había visto a lo largo de su vida, acompañado de dos grandes mesas de noches, a la izquierda había un juego de muebles de color ocre con su mesa de centro y a la derecha un pequeño escritorio con un librero atrás; antes de llegar a la cama se encontraba una gran alfombra y en una de las paredes había un cuadro donde estaban los cinco hermanos Westhampton mucho más jóvenes. Camelia dedujo que allí Georgia tenía aproximadamente unos dieciocho años y Iuola era una hermosa niña. En el retrato todos se veían muy serios y el único que sonreía era Uriel. Junto a este se encontraba una puerta que estaba entre abierta. Y en el fondo se veía el extenso balcón.
《No sé ni por dónde empezar》pensó.
Su primer impulso fue acercarse a las mesas de noche y abrir los cajones. Lo que vio allí la dejó atónita y tuvo que reprimir el impulso de echarse a reír; en cada uno de los cajones había más de diez monóculo.
-Debí suponer que tendría su colección-dijo esta mientras cerraba los cajones.

Camelia se dirigió al escritorio para revisar los cajones de estos y comenzó a sacar papel por papel y solo encontró registros de cuentas y cartas de la cámara de los lores. Ésta suspiró y se recostó en el asiento.

Cada vez estoy más segura que Wolfram no tiene nada que ver con Adele Weasly—dijo. Esta se puso de pie y miró el librero. Solo había libros de política y algunos pocos de literatura. Camelia vio una pequeña caja de madera en lo más alto del librero. Esta se subió a la mesa y la tomó; a continuación, se sentó en el escritorio. La caja era de madera de roble y era muy antigua, sin embargo, el grabado de rosas era precioso. Jamás pensó que Wolfram tendría una caja tan femenina.  
Ésta la abrió y se encontró con un pequeño diario, que en su cubierta decía “Nerissa W.”
Esta no le dio importancia y lo colocó al lado, luego se encontró con varios sobres de cartas vacíos. Camelia miró la parte inferior de uno de estos y tenían dos letras “A.W.” esta frunció el ceño y sacó los demás sobres y todos tenían esas iniciales <<No puede ser una casualidad>> pensó ésta y cuando tomó el último este si tenía el nombre completo Adele Weasly. Camelia se recostó en el sillón con la boca abierta mirando aquel nombre.
En ese instante alguien movió la cerradura, ésta se guardó todo en la caja, la tomó consigo y se escondió debajo del escritorio. <<Oh Dios mío>>. Escuchó unos pasos cercanos y notó como el fantasmal ayuda de cámara de Wolfram, Cripsus, colocaba unas camisas blancas en su ropero y luego salía de la estancia. Sin salir de su escondite, Camelia tomó el sobre que decía “Adele Weasly” y lo guardó en su corpiño, colocó todo en el orden que estaba y regresó la caja en su lugar.
Como si su vida dependiera de ello, abrió con mucha cautela la puerta y salió disparada hacia el pasillo.
—No tienes idea de cómo me consume la curiosidad por saber qué demonios hacías en la habitación del lobo Camelia
Ésta se detuvo en seco al escuchar la voz de Robert. Camelia cerró los ojos y dio me dio vuelta para enfrentarlo, este se encontraba con las manos en los bolsillos sonriendo, inclinado en la pared.
—No me creerás que me equivoqué de habitación ¿Verdad? —le dijo ésta y su cuñado negó con la cabeza sonriendo—¿Ni que estoy ayudando a su ayuda de cámara con sus trajes?
Este se acercó a ella y la tomó por el brazo suavemente—Ni creas que te vas a escapar cariño, es mejor que me lo cuentes a mí a que se lo tengas que contar a Bright ¿No crees?
Camelia suspiró. Tenía cinco minutos para pensar en una muy buena mentira o estará en muy graves problemas.
<<Y todo por culpa de esa mocosa>>.

¡Feliz Año Nuevo bola de desconocidos! Muchas bendiciones y tengan un próspero 2019. Besitos.
 


Idilio ©  (Saga Westhampton Libro # 4)Where stories live. Discover now