Cuando todo cambió

2. Día de mierda

Después de la semana anterior que no había apenas clases, ya que eran solo para saber que había que comprar para el curso y saber el horario de clase, llegó el primer dia de clases y digamos que a Bryan no le fue muy bien que digamos y a Chelsea tampoco, pero eso va después.

Bryan nada más llegar al instituto esperó a que abrieran la clase para poder entrar. Cuando entró pensó que donde podría sentarse siempre con su sonrisa en la boca, después de unos segundos mirando donde se podía sentar vio a un chico que estaba sentado solo y fue hasta el sitio libre para sentarse, con la sorpresa de que cuando llegó a sentarse, el chico que estaba sentado se quitó rápidamente. Por lo visto era el matón de la clase y no le gustaba estar al lado de raritos.

Ahora hablaremos del primer día de clases de Chelsea. Ella pensó que sería un buen día y que haría muchos amigos el primer día porque ella aunque no lo pareciera era muy amigable. Pues ella entró tan normal en clase mirando donde se podía sentar y no había sitio, así que se sentó la última, ella pensó que no pasaría nada ya que no le importa estar sentada la primera o la última. Pasada las horas se dio cuenta de que la estaban mirando mucho, pero, ella pensó que al ser nueva era normal.

Llegó la hora del recreo y por una parte Bryan se fue a un sitio solo para poder desayunar tranquilamente pero pasó lo que él menos esperaba: llegaron el matón de clase y sus amigos y le dijeron de todo hasta quitarle su desayuno, él, indefenso solo pudo decir: menudo día de mierda he tenido. Por otra parte Chelsea cuando fue hacia salir de clase se percató de por qué la miraban y no era otra cosa que para reírse de ella y ella siendo como  es lo dejó pasar ya que no merecía la pena. Lo peor llegó después, ya que ella se fue como Bryan a un lugar para estar sola y tranquila para poder desayunar, la sorpresa fue cuando ñas chicas que la miraban fueron hacia ella y la empezaron a insultar hasta el punto de que empezó a llorar muy indefensa y no hizo nada. Solo pudo decir: menudo día de mierda.

Y sin saberlo ni nada Bryan y Chelsea ya tenían otra cosa en común: un día de mierda.