Capítulo 3

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Lexa Woods es una chica de hábitos y creo haberlo comentado anteriormente, gracias a esos hábitos Clarke estaba informada por Anya Lindgren. Lunes, reunión a primera hora con las propietarias de ClinicaFrem... ¿Spam? ¿Dónde?... comida de Ginos, por la tarde había quedado con su amiga Octavia y ya a última hora, siempre cenaba sola en un pequeño restaurante que ni Peter conocía ¿Existen las coincidencias? Pues Clarke Griffin iba a propiciar una.

Como cada noche Lexa entró en el pequeño restaurante, todo había que decirlo hacía años que lo conoció de pura chiripa y en un principio no le agradaba el olor a fritanga, pero Rosita, la camarera, la agradó, es de estas personas que transmiten buenas vibraciones y que dan ganas de interactuar o simplemente conocer:

— Buenas noches Woods— dijo Rosita nada más verla entrar, ya se sabe, es camarera y como trabajadora de cara al público tenía que regalar sonrisas, aunque por dentro se esté cagando en los muertos de alguien, sin embargo, raro era ver a Rosita teniendo un mal día o de mal humor— ¿La mesa de siempre?

Preguntaba por cortesía, porque ya sabía la respuesta "sí" incluso sabiendo que esa noche seguramente aparecería ya se la reservaba. Lexa curvó la comisura de los labios y asintió con la cabeza. Rosita agarró una carta de los menús y le hizo un gesto con la cabeza para que la siguiera, siendo consciente de que la chica de ojos verdes ya se sabía el camino a la perfección. Mesa para uno, enfrente de la entrada pero lo suficientemente alejado, la daba igual el ruido de la calle cada vez que la puerta se abría, Lexa amaba el silencio pero de vez en cuando el ruido, la devolvía a la realidad y la hacía sentirse menos... decir que sola sería demasiado tétrico... menos antisocial, así prefería llamarlo:

— Hoy tenemos redondo con patatas fritas y empanada de cerdo— puso los ojos en blanco antes de explicarse— ya sé que tanta carne hace el menú poco variado, pero ya conoces a Jeff, cuando se le cruza una idea por la cabeza tiene que ser así

Lexa acarició la vieja madera de la mesa y asintió con la cabeza:

— Así está bien, comeré redondo con patatas fritas y la empanada de cerdo.

Rosita asintió y fue hasta la barra, ya con la idea de preparar un par de tapers para que la señorita Woods se llevara lo sobrante, pues no se solía comer todo, era un restaurante pequeño y con poca clientela, eso sí, las raciones eran abundantes y muchas veces pensado para dos personas.

Lexa acarició una vez más la madera con las palmas de las manos, era otro tipo de percepción y de sensaciones, era una madera robusta, desgastada y había zonas incluso algo pegajosas, pero llevaba tanto tiempo acudiendo a aquel lugar, justo sentándose aquella mesa, que la sensación de lugar conocido pasó a ser a sentimiento de hogar, sí, para llamarla loca y hasta ella misma se lo llamaba. Escuchó abrirse la puerta principal y al percatarse de quien había entrado, se pegó junto a la pared, como si aquel gesto fuera a salvarla de no ser vista, ni que fuera un camaleón. Clarke en un principio parecía estar despistada, hasta que se "sorprendió" de ver a Lexa, o esa era la percepción de Woods, Griffin solo estaba demostrando que en su día pudo dedicarse a la interpretación:

— ¿Lexa?

La ojiverde sintió un tic en el labio, se sentó bien y saludó cuando la rubia se acercó a su mesa, llevaba un abrigo largo de color Beige... Ajá, ya sabemos cuál es ¿eh pillinas?... el pelo rubio caía como una cascada ondulada y llevaba el maquillaje justo, de hecho era una persona cuyo cutis era tan perfecto que podía salir a la calle sin maquillar y seguir llamando la atención de los demás:

— Clarke, hola ¿qué tal?

La rubia dejó escarpar un suspiró antes de explicar "inventarse" lo sucedido:

Agencia de Citas (CLEXA AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora