Golpeé el volante con la mano, que impotencia sentía. Cuando vi salir a Laura con la amiga de Sara, pensé que me relajaría pero no fue así, Sara no salió con ellas.

Estas hijas de... Dejaron a Sarita sola con una desconocida.

¡Qué diablos les pasa!

Recordé las palabras de Laura. Ya está grande, no eres su mamá. Pero al carajo, no permitiré que le pase algo malo.

Cuando las vi subir a su auto decidí bajar.

Voy por ti Sara.

Entré y traté de divisar a mi tormento.

Cuando logré verla, quedé de piedra, esa mujer le está tomando la mano y se acercaba a... a...

Caminé firme hacia ellas, e interrumpí su momento.

Sara se sorprendió al verme, la desconocida me miró de arriba hacia abajo.

—Se te perdió algo— ladró esa mujer.

—Mi asistente— repliqué

—No estamos en horario laboral, por si no te has dado cuenta. — contraatacó. Pedazo de idiota.

—Sara— no pensaba seguir discutiendo con esa estúpida. — ¿Nos vamos?— Me miraba con desconcierto.

No sé que estoy haciendo.

—Abogada, pero no puedo dejar sola a Alexa— Con que así se llama esta Barbie.

—No te preocupes por mí, bonita.

¿Bonita? Como se atreve a piropearla. Ella no es bonita, es más que eso. Es una diosa, una mujer hecha con cincel.

Mierda, qué pienso.

—Pero— la cortó. — Toma mi número, llámame cuando quieras.

Ja, sueña que Sarita lo hará.

—Ten por seguro que lo haré

¿Qué? La miré levantando una ceja. ¿La llamará?

—Nos vemos, me encantó conocerte— se levantó, me miro de pies a cabeza y se marchó.

—Qué fue todo eso, Rebecca. — preguntó mirándome algo confundida.

—No me pareció acertado, que ese par te haya dejado sola. No conoces a esa mujer.

—Si, por la misma razón estábamos conversando, para conocernos.

—Lo que vi, no era una conversación.

—No sé qué vio, pero no me parece que lo haya hecho.

Ahora yo quedaba como la mala cuando solo quería cuidarla de las lobas que hay.

—Si quieres, la busco para que venga a terminar lo que hacían— Me miro frunciendo el ceño.

—Cualquiera pensaría que esta celosa— Abrí mis ojos sorprendida.

—Solo quiero lo mejor para ti. Mejor te llevo a casa, estas pasada un poco de tragos. La Sara que conozco nunca se hubiera atrevido a decirme lo de antes.

El alcohol en su sangre la hizo hablar.

La tomé de un brazo para llevarla hasta el auto, se tambaleaba tanto que tuve que agarrarla de la cintura y pegarla a mí.

Su fragancia es fascinante, me tentaba acercarme a su cuello y aspirar de cerca su olor.

Ella podría ser mi perdición.

Cuando llegamos a mi auto, la ayude a subir en la parte del copiloto, espero que no vomite, no se lo perdonaría.

Subí al otro lado, para conducir, por suerte ya conocía donde vivía.

Iba manejando y no podía dejar de observarla. Se había quedado dormida, con su cabeza pegada a la ventana.

En un momento de debilidad me atreví a posar mi mano en su rostro, cómo puede ser tan linda hasta dormida. Con sus labios entre abiertos, su piel de terciopelo, sus mechones castaños queriendo ocultar la belleza de aquella mujer.

Retiré mi mano, no debía seguir haciéndolo. Estoy casada, le debo respeto a mi esposa.

Me fije que estaba llegando a su casa, frené e intenté despertar a Sarita. La movía y no respondía.

Me tocará llevarla en brazos.

Bajé y rodeé el auto. Abrí la puerta y traté de retirar el cinturón. No sé qué había pasado pero estaba atascado. Me acerqué más a ella para poder retirarlo. Mis brazos rozaban sus pechos. Juro que no lo hacía intencional.

Cuando por fin logré retirarle, moví sus hombros, era el último intento que hacía.

La removí y abrió sus ojos, sonreí al ver que despertaba, pero no esperaba que ella me tomara del rostro y me besara.

Me tomó tan de sorpresa que no pude reaccionar.

Sus labios con sabor a menta mezclado con alcohol, me hipnotizaron, moví mis labios para profundizar, pero los de ella no reaccionaron. Abrí mis ojos y... Se había vuelto a dormir.

¡Gran noche!

¿Celos?

Primer beso inconsciente 😁

Gracias por sus votos y comentarios.

El amor no conoce de géneros (Historia Completa En Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora