Prólogo (Capítulo 0)

56 9 2
                                    

   — ¡Ha! ¿Ves que siempre tengo razón?— Le grite a mi queridísimo loco por amigo que conseguí llamado Noah.

   — ¿Cómo quieres que te gane? ¡Tienes una 250cc y yo una 110cc de tu madre, muñeca! ¡Una Honda Wave no pasaría a una Zanella Ceccato, aplica lógica! — me reclamo mientras se dirigía a la parte de boxes, cruzando por mi lado y el de mi adorado transporte.

   — ¡Calla, calla! ¡Lo que debes aplicar tu es la lógica de que eres mal perdedor! — replique mientras movía mis manos eufóricamente, expresando en señas, como siempre, lo que digo — ¡Ahora, Noah cariño — le dije como para que no se enojara —, ve acomodando y preparando algo de cosas, que mientras doy otra vuelta y luego te ayudo con lo otro!— después de "pedirle el favor" a mi amigo para que todo lo hiciera el, encendí otra vez la moto.

   A los segundos de ello, escuche el ruido de un motor. No, no solo uno, dos bastante coordinados. Luego de esos hermosos pero estruendosos ruidos que tanto amo, sentí un aire recorrer mi lado y mire automáticamente hacia delante, logrando divisar una motocicleta entre toda la nube de tierra que la velocidad de las ruedas de esta provoco ¡Ese hijo de perra casi me chocó!

   — ¡Deja pasar a los corredores, niña, nosotros si competimos al menos! — continuación de ese reproche proveniente del desconocido, el otro motor claramente sonoro pasó a mi lado, por la derecha para ser exactos, provocando tos en mi y que la tierra entrase a mis ojos. Restregué mis ojos contra mi hombro derecho y gruñí.

   Yo, como toda adolescente con quince años casi dieciséis responsable y seria, hice que la moto avance nuevamente al tener mi vista clara del camino pero, esta vez, con bastante velocidad porque no voy a negarme a un reto así. Por el poco envión, solamente llegue detras del segundo y maldije haber parado antes.

   Después de segundos de arranque y de carrera, llegue ha pasar al anterior mencionado, y con ello lo pase también convirtiéndolo en tercero y yo segunda aunque obviamente, quiero al tiburón, no a una *mojarra. Lo que ahora me importaba era alcanzar al que me pasaba por 7m, mi objetivo era llegar al lado de ese chico, mi propósito y prioridad era pasar a ese tarado el cual me dijo «niña», y eso haría.

   Acelere relativamente mucho más y llegue hasta su lado, intentando captar su reacción y relacionarla con la del otro corredor que me había visto llegar tan rápido hasta el con "tanta" distancia de por medio. Pero, de toda la cara de asombro que espere y quise ver, solo conseguí observar su nariz un tanto arrugada, no alcance a ver más así que reí y cité lo que mi adversario había dicho hace unos momentos:

   —¡Deja pasar a los verdaderos corredores, cariño — hice énfasis en verdaderos como para molestarlo con esa palabra que agregue—, nosotros si ganamos al menos — pasando de él y su respuesta, ya que tenía dudas de si contestaría, tome la delantera y las riendas, como siempre, de la competencia "amistosa" y sin nada en juego en la cual estaba participando, con una sonrisa en mi rostro.

   Pensé que la sonrisa duraría tanto como las de luego de ganar que me regalaba a mí misma. Pero no, no duro más que cuarto de minuto ya que ese chico llego hasta mi lado rápidamente, a lo que yo lo pasaba pero volvía a alcanzarme. Apuesto que si no hubiese línea de llegada, ese ciclo seria infinito. Agradezco la hay e adoro afirmar con seguridad y un tanto de vanidad que fui yo quien la cruzo primera en esa riña entre, aparentemente, dos adolescentes.

   Al empezar a festejar como la presumida y mala ganadora que soy, vi como la moto de quien salió segundo, el cual seguía a mi lado andando, se descontroló y, como mi rival nuevo no fue rápido para controlarla, nos llevó a las dos motos que se engancharon y a sus conductores con toda la velocidad que tenía el transporte hacia la zona de árboles a lado del circuito.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 05, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Amor de MotoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora