El hijo de Hades y Persefone [1.3]

Capítulo 9| Broma Delta

– Ya dense un beso – Alida apareció en la cocina con un moño mal armado en su cabeza pelirroja. Su vestido blanco suelto la hacía parecer adorable pero su sonrisa delataba sus verdaderas intenciones. Me aleje de Apolión tomando la taza que estaba tirada en el suelo que no estaba rota por suerte. Sirviéndome el café me senté en la isla de la cocina para degustar mis tostadas y el café recién hecho en compañía de mi mejor amigo y la loca.

– ¿Porque no besas a tu novio? si tanto quieres ver un beso – le pregunte a la pelirroja que se sentó justo delante de mí a comer sus cereales de colores. La cuchara de Alida se cayo y en su rostro por un segundo se reflejó la tristeza.

– Hace unos días discutimos y no hemos vuelto a hablar desde entonces – trague en seco el trozo de tostada que tenía en la boca, había metido la pata y hasta el fondo con mi pregunta burlona.

– Perdón Alida yo no sabía – intente disculparme, pero la pelirroja pareció recuperar su sonrisa rápido parecía como si todo eso no la afectara.

– No te preocupes siempre peleamos es nuestra forma de amarnos ya lo solucionaremos... O eso espero – la escuche susurrar lo último antes de que Ylenia y Adonis interrumpieran en la cocina.

– Buenos días – saludo con una enorme sonrisa la heredera de los mares y sin ningún disimulo nos miró a su primo y a mí con una sonrisa pícara. Rodé los ojos seguirán con esto hasta que alguno de nosotros dos nos cansemos. Bebí lo último que me quedaba del café y fui al fregadero a lavar la taza. A mis espaldas podía sentir la mirada de todos sobre mi cosa que comenzaba a desesperarme odio ser el centro de atención. Abrí la llave del fregadero cuando todo se volvió negro.

– Hades – escuche el grito desesperado de Perséfone. No podía ver nada todo estaba oscuro, pero escuchaba el crujir de escombros bajo mis pies. – Hades ¿Dónde estás? – volvió a gritar la reina del inframundo. Una llama apareció en medio de esa oscuridad y allí estaba Perséfone llorando de espaldas a mí. Camine hasta ella con algo de temor y note que su vestido negro estaba algo roto. Ella se giró viendo a un punto más alejado de donde yo me encontraba. Su vientre mostraba un enorme bulto, al parecer Perséfone está embarazada de unos cinco meses por el tamaño de su vientre. Un brazo protector estaba sobre el vientre de la diosa que miraba hacia todos lados gritando – Hades – en un momento cayo de rodillas al suelo y Cerbero apareció corriendo hacia donde estaba su dueña.

El fregadero volvió a aparecer ante mi vista y tuve que agarrarme de la encimera para no caerme estaba algo mareada. Jamás había tenido una visión estando despierta y el libro no decía nada acerca de tener visiones estando despierta.

A P O L I Ó N
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– Ya cierren la boca – grito Alida encima de la mesa ratona de la sala todos guardaron silencio – Gracias – la hija del caos sonrió bajando de la pequeña mesa.