"No confío en los lockers, quien te da tu clave la sabe. Quién sabe reiniciarlos, puede abrirlo. La vida de una porrista es privada, por lo que no puede sentirse amenazada mi seguridad en esta universidad" ¿Mujer precavida y paranoica vale por dos, cierto?

—Entonces, ¿El sábado vendrás a casa de Theo? Hará una super fiesta y lo más probable es que esté toda nuestra clase. Ro no está invitado. —Theo, el deportista y amable Theo, era obviamente novio de mi amiga. El cliché nos atormenta. — Además, es casi fin de curso y sabes que él no hace fiestas en vacaciones de verano, las detesta y se dedica a su empleo. Es su última fiesta de año, así que con mayor motivo será imposible faltar.

—No, sabes que es mi aniversario con Ro. Además, ya te había cancelado. —recordé. — ¡Accediste a tener una cita cuádruple con Ro porque yo no iba, Aimé! ¿Cómo alguien puede olvidar eso? Incluso me dijiste que hoy me dirías cuando estas libre.

—¿Qué aún no terminaron? Hace años no veo una sonrisa cuando pronuncias su nombre y jamás apareces emocionada por algo nuevo de él. Creo que es hora de romper el cascarón de rutina. —simplemente rodeé mis ojos, suficiente tenía con los comentarios de mi hermana por Skype.

Aimé me conocía lo suficiente porque habíamos hecho nuestro ingreso juntas, habíamos recursado el primer año juntas y ahora cursábamos el segundo de Comercio internacional. Los dos primeros años no contaba con departamento propio cerca de la Uni, por lo que ella y yo convivíamos en una pequeña habitación del interior del campus que nos ayudó a ser las mejores amigas que éramos, a compartir y acostumbrarnos a la presencia de la otra. Cuando nos conocimos, yo llevaba meses en una relación con Ro. Era mi tema de charla, mi persona para presumir, mi sonrisa mañanera y mi motivación de verlo al salir de los cursos. Era mi prioridad, mi felicidad máxima y no había día infeliz con él, según mi yo de 16 años.

—Está bien, me comunico si lo adelantamos. — mentí, obviamente no podíamos porque teníamos nuestra semana ocupada. Pero ella no lo sabía, ¿o sí? Probablemente sí, era mi consciencia. Además, era muy importante. —No es necesario ser tan negativa, con un "está bien, hablamos en la semana" me conformaba.

Todos los años lo planeábamos en el mismo lugar, a la misma hora y lo único que variaba era nuestra ropa y el menú. Los obsequios los guardábamos para nuestro aniversario, las salidas y la ropa elegante, junto con palabras bonitas y buen sexo.

Cuando Aimé cambio de tema, simplemente me dedique a escucharla hasta que la despedí en su aula, pensando lo terrible que serían las próximas seis horas sin ella, ya que compartíamos las últimas dos hoy.


Miré mi reloj, las ocho.

Bufé y me resigne a caminar, resonando mis botas con fuerza y desajustando mi bufanda.

Hola, Economía mundial.

—Alumnos...—habló la señorita Gollar, maestra de Derecho Aduanero, mi última clase del día y la única clase del día que tenía a Aimé sacándome una sonrisa con sus comentarios algo superficiales y sus tonterías. — La próxima semana tenemos un importante empresario en la ciudad y nos dará una charla sobre Aduanas y Derecho, él es un importante graduado de Berkeley y ha roto varios récords. Su riqueza actual es de millones y la obtuvo en este medio en tan sólo cuatro años. Gael Antore estará aquí para contarles sobre ventas, compras, permisos legales...

—Es Gael, el empresario.—Aimé se estiró de su asiento al mío. Arrugué mi entrecejo seguramente, porque ella notó mi confusión. —Él fue el graduado más joven de Derecho en Berkeley, con veintiún años y un Ferrari negro. Tiene una mansión en Los Ángeles y otra en San Francisco. Sus padres contaron que él les regaló un yate, y yo creo que él es todo un empresario-sugar daddy-joven.

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⏰ Last updated: Nov 27, 2018 ⏰

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