Rodó los ojos. Había una solución, pero no quería recurrir a eso. Solo existía una persona en todo Nueva York que entendía a las mujeres como Elsa, amigo de Robert por supuesto, pero la última vez que hablaron, Chris lo llamó "pelotudo lava-cerebros". No estaba en condiciones de pedirle consejos... O sí.

Buscó el contacto. Si, todavía lo conservaba. El rubio suspiró fastidiado y texteó un mensaje.

9:34 hrs.

"¿Tu consulta sigue en el mismo precio? Necesito resolver varias dudas"

9: 35 hrs. Mensaje de Psiquiatra Cumberbatch:

"Qué sorpresa. Vuelve el ególatra, con complejo de ninfomanía y un alto grado de proyección, sobrecompensado con violencia... Claro, puedo agendarte el siguiente jueves, a las 18:00. ¿Te parece?"

9:36 hrs.

"No te pedí mi perfil psicológico, gracias. Si, supongo que es adecuado el horario."

9:36 hrs. Mensaje de Psiquiatra Cumberbatch:

"Ok, ya estás agendado. Sé puntual."

Chris negó con la cabeza y dejó el teléfono en la cómoda lateral de la cama. Su mal humor cambió cuando notó que Tom espabilaba sobre las sábanas, tratando de abrir sus ojos. Parecía un gato estirándose con elegancia. Incluso en eso poseía gracia el muy hijo de la gran perfección. Se sentó a su lado, besando su ceja izquierda.

—Buenos días

—Mmmh, buen día —saludó en su adorable acento inglés, enfocando mejor al rubio. —Caramba, debe ser tarde. ¿Qué hora es?

—Oh, de hecho ya es domingo. Dormiste todo el día

Eso logró despertar de golpe a Tom, sentándose de inmediato. —¡¿Qué?!

Chris lo consideró tan tierno, que no se resistió a darle un beso en los labios. —Es broma, es sábado. Son casi las 10:00

—Bobo —sonrió mostrando sus dientes de perla. Aunque no quisiera admitirlo, tener la imagen matutina de Chris lo gratificaba enormemente. —Bueno, no podemos quedarnos aquí para siempre. ¿Quieres desayunar algo?

—Uhm, a ti

Tom se sonrojó en segundos. Apenas había mencionado aquello, los recuerdos de la noche anterior golpearon su cabeza sin aspavientos. En seguida se cubrió con el cobertor, lleno de pena. Seguía desnudo, para variar. Escuchó la maldita risa irresistible del rubio y se cubrió con más fuerza cuando sintió los brazos de Chris abrazarlo encima.

—¿Por qué te escondes?

—Porque me cohíbes demasiado

—Sabes que si planeamos estar juntos, no voy a contenerme, ¿cierto?

—Es que... No es justo

Chris destapó lo suficiente para ver su rostro. —No me puedo resistir a ti. Lo de desayunarte lo dije muy en serio —pero notó el susto en los ojos aqua, así que lo calmó con su palma sobre su cabello. —Iremos a tu ritmo, por hoy; y porque es tu casa

Después de que Tom se negó a abandonar la cama mientras estuviera desnudo, Chris le dio otro beso y prometió no espirar mientras se vestía. Pero algún día lo tomaría desprevenido. Bajó a preparar el agua para el té antes de apreciar a Tom bajar por las escaleras en ropa casual. Toda la puñetera ropa le quedaba como anillo al dedo, fuera lo que fuera que vistiera.

Al tomar té y galletas de avena, salió el tema del Fashion Week. Como si fuera un imán, el teléfono de Chris se inundó de mensajes de proveedores, contratistas, diseñadores, etc., que logró sacarle un bufido desesperado.

Buen chico, Tom [Finalizado: Hiddlesworth AU]Where stories live. Discover now