Capítulo 4: Sentimientos incompletos

Start from the beginning
                                    

—Lo fue ¿hay algún problema con ello?

—Debería de disculparme, pero no me arrepiento... también fue mi primer beso.

Jiang Cheng bajó su mirada sonrojado. Un simple beso pero le había aturdido tanto como para terminar apoyándose débilmente en el otro. Los brazos del primer jade le brindaron un segundo de paz en medio de aquel infierno que vivía.

Ambos no se volverían a ver en varios meses.

Fue durante esa mencionada batalla que Lan Xichen conoció a Meng Yao. De hecho, sucedió en el mismo campo de batalla.

Lo vio luchar hasta con el último aliento. Se veía pequeño y de contextura frágil, pero sin importar el daño que sufriera peleaba con valentía y decisión. Sin embargo, fue acorralado. Lan XiChen desenvainó su espada y esta corrió a detener a todos los que habían querido finiquitar al joven beta.

El chico se levantó, pero antes de que pudiera decir algo en agradecimiento, XiChen negó con la cabeza y le señaló los enemigos que aun les rondaban. Casi sin esperarlo se produjo una conexión entre ellos, cuidaron sus espaldas y finiquitaron aquel día infernal.

Una vez descansando en el campamento, Meng Yao se asomó por un lado.

Lan Xichen estaba recibiendo cuidado de un subordinado experto en sanación. Cuando lo vio asomarse tímidamente, le ordenó que los dejaran a solas.

Meng Yao tenía un cuenco de sopa en sus manos.

—Es lo mejor que pude encontrar. Seguramente usted tiene subordinados que le preparen pero quiero mostrarle mi gratitud de esta manera, no la rechace, por favor.

Su voz era dulce, su aspecto sin duda atractivo. Por un momento su nariz buscó un aroma que no existía. No se trataba de un omega ni de un alfa, era un simple beta casi sin olor.

—Te lo agradezco. De hecho, estaba hambriento.

El joven se acercó con el cuenco, poniéndole en la mesita.

—Gracias realmente por haberme ayudado.

— ¿Cómo te llamas?

—Meng Yao.

Solo "Meng Yao" comprendió. La mayoría de betas no ostentaban títulos más que ser los servidores o subordinados de alfas u omegas. No aspiraban por instinto a nada más, se les hacía mucho más fácil aceptar el liderazgo de un alfa y proteger a muerte a un omega. Pero el chico lucía diferente.

—Zewu-Jun, si usted desea a partir de ahora puedo ayudarle con las tareas simples como lavar su ropa o preparar sus comidas.

—No es necesario. —Respondió con una sonrisa.

—Sé que mi vida no vale demasiado al lado de alguien como usted, pero realmente estoy agradecido. —Insistió con tanta urgencia.

—Por supuesto que tu vida vale mucho. —Se vio en necesidad de replicarle. — Más si eres tan valiente como lo mostraste. Tenemos un camino largo por delante. Nos vamos a reunir con las otras sectas pronto. Pero la victoria de Nie Minjue no debe de cegarnos.

—Es usted muy sabio. Realmente me agradaría servirlo. Yo...no tengo un lugar claro. —Parpadeó con un leve rubor en sus mejillas, mientras un aire depresivo le rodeaba.

La imagen del beta era demasiado angustiante como para rechazarle.

—Si estas cómodo con ello...

— ¡Lo estoy!

Vio su sonrisa y se sintió contento por él, aunque ligeramente preocupado por como veía su propia vida ¿Qué clase de secretos ocultaba? Le pareció interesante y su instinto en vez de querer gobernarlo, quiso conocerlo y protegerlo.

El maestro del Muelle de Loto (Hiatus Indefinido) Where stories live. Discover now