Bill, mi único amigo

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LUNES 12 DE SEPTIEMBRE:

-¡Ane!

-¡Voy en cinco minutos! -Grité desde mi habitación para que el sonido de mi voz pueda llegar al oído de Bill.

-¡Pronto bloquearán la entrada del café! -Alzó su voz más fuerte que el límite de sus cuerdas vocales.

-¡Me visto lo más rápido que puedo! -Aclaré de forma exagerada.

Al fin pude finalizar con la vestimenta, especialmente con la colocación de mi vestido favorito: un completo desastre hecho de tela con el color del sol.

Caminé hasta la entrada de mi hogar, donde se encontraba Bill ansioso por la espera de mi llegada.

-Estoy lista. -Dije en tono burlón y carismático.

-Ya me hice abuelo por esperarte. -Movió su cabeza para apuntar a la ropa que traía puesta. -Tortuga amarilla. -Remató su respuesta haciendo referencia a mi vestido amarillo.

-Como quieras campesino. -Respondí a su burla haciendo alusión a su sombrero de paja que traía en la cabeza: uno que tanto amaba y usaba.

Caminamos juntos hasta el café "Luna", el lugar en el que todas las tardes Bill y yo vamos al terminar las clases preparatorianas.

Aquella cafetería es un lugar de tres pisos. Es un sitio rústico en el que parece que todos los muebles y paredes están hechos de tablones de madera. Bill y yo normalmente pedimos lo mismo: un cuernito de jamón y queso junto con una limonada mineral.

Te llegará una pregunta a la mente: "¿Por qué pedimos lo mismo?", la respuesta es que a nosotros nos gusta lo mismo; como por ejemplo los sandwiches, limonadas, naranjadas, patinar en hielo, andar en bicicleta al rededor de toda la ciudad y muchas otras actividades que en enumerarlas me tardaría años.

Este lugar me trae recuerdos. Aquí fue donde conocí a Bill. El estaba en la zona del bar de la cafetería; yo iba en dirección al asiento junto a Bill para sentarme y tomar una cerveza; ya que tenía una desgracia. Bill comenzó hablarme; me preguntó por mi nombre y la razón de mi gusto por la ciudad (descubrí que a él también le encantaba por la misma razón que la mía: el futurismo). Empezamos a platicar acerca de nuestros gustos, disgustos, pasatiempos y más. Nos dimos cuenta de que tenemos mucho en común.

Desde ese día, nos veíamos todos los días en esa cafetería después de las horas de estudio; e incluso, salíamos a otros lugares que a ambos nos gustaban. Hasta llegué a invitarlo a las salidas de mi familia al campo.

Volteo a ver a Bill. Me doy cuenta de que está infeliz, con los labios con forma de sonrisa fingida y ojos que parecen pedir ayuda. Puede que hoy me pida ayuda en algún problema suyo, y por supuesto, lo ayudaré ante cualquier otra persona u objeto.

Nos sentamos en la mesa donde siempre nos sentamos al venir acá, frente a la entrada del la cafetería.

Esta mesa me trae muchos recuerdos: aquí fue donde Bill y yo nos compartimos nuestro primer secreto. Yo le compartí lo que había pasado con mi padre (un suceso que no quiero recordar en este momento). Él me contó la muerte de su hermana.

Ella era Emy, una niña qué murió a los 11 años de edad hace tres años. Era una niña muy inteligente y le encantaba estar con su hermano, al igual que con su familia. Era una niña muy educada que le encantaba estar con las personas y tratarlas como si fuesen todo para ella.

Un día Bill junto con su hermana, su madre y su padre, salieron de viaje a un pueblo cercano a Sevy City.

En aquel pueblo, abundaban los ríos y lagos; pero había uno en especial que traía a muchos turistas: un río fuertemente peligroso y turbulento.

La familia de Bill subió al kayak que los llevaría por las aguas de aquel río.

Al inicio del viaje, las aguas parecían estar tranquilas, pero hubo una sorpresa más adelante: hubo abundantes momentos de éxtasis debido a los fuertes remolinos que allí aparecieron. Hubo muchas risas y sonrisas, pero la diversión se detuvo cuando la muerte de su hermana llegó. En un fuerte sacudón causado por el río, la hermana de Bill salió expulsada del bote, cayendo a uno de los remolinos y hundiéndose rápidamente. Toda la familia estaba desesperada por poder sacar a la hermana de Bill de las turbulentas aguas; pero -por desgracia- era demasiado tarde, la hermana de Bill cayó muy profundo y terminó ahogándose.

Desde aquel día, Bill no ha vuelto a ser el mismo. Comenzó a cerrarse más y a perder amigos hasta quedarse solo; al menos hasta el día en el que me conoció: su mejor y única amiga.

El mesero llegó a la mesa.

-Ane y Bill, hace mucho no nos visitan. -Nos dijo saludándonos.

-Si... sólo una semana je je. -Replicó Bill de forma graciosa.

-Si, pero antes venían todos los días.

-La preparatoria es mucho más laboriosa. -Aclaré.

-Se nota. -Mencionó el mesero sarcásticamente. -¿Lo de siempre?

-Sí, estaría estupendo. -Bill y yo dijimos a la vez, nos dimos una carcajada.

-En un momento. -Mencionó el mesero aguantando la risa.

El mesero se retiró.

-Ane, ¿qué tal?, ¿estás bien?

Llevaba tiempo que no nos veíamos, una semana para ser exactos (sí, para nosotros una semana sin vernos es demasiado)

-Pues ya sabes... mi familia está pasando por un momento difícil... por aquello de mi papá... -Respondí con cara desanimada.

-Lo sé... pero, aparte de eso..., ¿cómo estás?

-Pues... bien supongo. -Mi voz se tornó insegura.

-Claro... emm... tengo que contarte algo... -Dijo viendo a su alrededor para asegurarse de que nada estuviese viéndonos.

-¿Qué sucede?

-¿Recuerdas lo qué pasó con tu padre hace año y medio?

-Si... -Dije confundida.

-A mi padre le pasó lo mismo que al tuyo... em... mis padres se van a divorciar.

-¡¿QUÉ?!, eso es imposible.

-Es cierto, esto es muy extraño.

-No es posible, ¿por qué nuestros padres habrán enloquecido de tal manera?

-No lo sé, pero debemos descubrirlo lo más pronto posible.

-Ahora.

-Vámonos.

Salimos de la cafetería corriendo en dirección al manicomio, sin importar la comida que le habíamos pedido al mesero.

Purple Eye [TERMINADO] #PGP2020Where stories live. Discover now