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El maldito utensilio no dejaba dejarse de moverse, no lo culpo, mi cerebro aún trepidaba de cometer este pecado. Luego de mis dudas salté de la silla donde se supone que debería estar en comodidad absoluta, y largué ese incorregible tenedor. El cual es más que similar al mismísimo tridente del diablo. y me dije:

- Un día más. 

Mientras arraigadamente iba con uñas y dientes a callar la desgarradora hambre. 

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⏰ Última actualización: Nov 18, 2018 ⏰

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Manchas de café y una inocente Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora