Agonía...

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Enrede entre sus pasos y venganzas

mi corazón de hermana,

la serpiente danzo entre cadenas

que enrollaban mis manos y me ataban.

Dolorosas pruebas que desgataban,

tormentos y lágrimas febriles,

de conciencias abrumadas,

preguntas sin respuestas,

de esperanzas quizás muertas

en que algo al fin cambiara.

Desfiló la vida cual torbellino

entre mis manos y su garganta,

maléfica-mente brindaba agonía

la boca que, de bien, no sabía.

La muerte danzó en mis cosas

la serpiente devoró lo que quiso,

entre sus ansias crudas de mal,

atrapó mis pobres pasos cansados

devoró mis lágrimas, con su risa

en tan solo un momento,

vació cual torrente el camino avanzado

y el amor cual chispa desapareció

con la última lágrima,

que pidió perdón, sin haber herido,

que gritó amor, sin haber sentido,

que lloró el adiós, sin haberse ido.

Tarde comprendí de maldad ajena.

Era noche para encender la luz

de un nuevo día... se alejaba,

con ese despliegue... la esperanza,

llevándose mis alegrías,

tarde lloré mi pena

tarde aprendí del mal

en tu obnubilante arrastre

aquel bien, que no llegué a conocer

fue el cáncer, mi exterminio

ya no recobré la fe

se la llevo en su serpenteante caminar

la misma fiera que robo mi dicha

EL CANTO DE LAS HOJASWhere stories live. Discover now