Capítulo 30: La huida.

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Pero él no le quitaba los ojos a Kai, no me gustaba mucho la manera que tenía de mirarle entre adoración y algo de deseo, supongo que quería estar en mi posición o en la de Steeve, encargarse él de la protección de un elemento. Pero él no era el mejor y dudo que en una lucha contra Steeve, el saliera ganando.

Aun así estaba aquí y no sabíamos porque, miré a Ralph en busca de una explicación pero este se limitó a presentar a Kai.

- Meison, te presento a Kai, él es el elemento del agua. – dijo mientras le daba a Meison unas palmaditas en la espalda.

Amos se saludaron amablemente y entonces Meison se dirigió a mí.

- Vaya, me preguntaba dónde te habías metido y mírate, protegiendo a nuestro futuro. – dijo mientras se acercaba más y más hasta que acabó abrazándome, yo me mantuve tiesa como un palo, no quería ni siquiera tocarle. – Y veo que no has cambiado, sigues igual de arisca que siempre.

- Y tú sigues igual de baboso que siempre. – ahora si le toqué, pero para empujarle y separarle de mí. – Dinos Ralph, ¿qué hace Meison aquí?

Kai se colocó a mi lado y me cogió de la mano, era una buena manera para marcar su territorio con respecto a Meison, eso si me hizo gracia. Pero no estaba para reírme, Ralph acababa de ponernos a todos en peligro trayendo a Meison aquí.

- Meison se enteró algo tarde de la convocatoria en Londres, él me llamo diciéndome que quería ser de utilidad y yo le dije que donde sería más útil, es con nosotros. – dijo con tono de superioridad, como si no tuviese que dar explicaciones a nadie.

Yo caí derrotada en el sofá, ¿en qué diantres estaba pensando Ralph? ¿Cuáles eran sus prioridades? Juro que no soy capaz de entender cómo puede hacernos esto.

- ¿Qué pasa Eve? – dijo mi amado mientras se sentaba a mi lado y pasaba un brazo por detrás de mis hombros.

No podía venirme abajo, no ahora, no justo en este momento cuando nos disponíamos a salir hacia un aeropuerto donde seguramente esté repleto de sombras. Tenía que actuar.

Me levanté con decisión, empujando a mi paso a Kai. Fui directa a por Maison el cual reculó unos pasos por miedo a lo que le pudiera hacer.

- ASEGÚRAME QUE NO TE HAN SEGUIDO. – le grité mientras le empujaba contra la pared.

- Yo… esto… no… – empezó a tartamudear y mi paciencia se agotaba.

- VAMOS – dije mientras golpeaba la pared con la palma de mi mano, necesitaba que me dijera la verdad y para eso debía ponerme así.

- No lo sé, ¿vale? No sabía que debía hacer movimientos evasivos, no sabía que la cosa era tan peligrosa. – confesó mirando a Ralph con disculpa en los ojos.

Le solté y fui a por el siguiente, Ralph. Pero en cuanto vi la decepción en sus ojos, tuve que recular. No podía descargar toda mi furia contra él. De alguna manera le debía el respeto de un superior y de alguien que había sido como un padre para mí. Aunque no entendía su comportamiento actual, siempre se ha comportado bien conmigo y me ha dado todo su apoyo y sabiduría.

- ¿Cómo actuamos ahora? – dije en lugar de los diez mil insultos que pasaban por mi mente.

Vi en su cara como él también quería soltarle una retahíla de insultos a Meison, pero eso no haría otra cosa que empeorar la situación.

- ¿Dónde aparcaste el taxi, Meison? – le preguntó mientras se mordía la lengua.

- En la puerta, señor. Como ordenaste. – eso último lo dijo para intentar quedar bien después de su tremenda cagada. Patético.

Saga Elementos III: AguaWhere stories live. Discover now