capítulo único

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[se recomienda escuchar la música de arriba para meternos más en el papel de la época]

Rondaba el año 1803, en una lejana tierra, vivía un joven príncipe llamado Arkalia, él amaba leer libros de magia y deseaba convertirse alguna vez en un hechicero poderoso.

Una noche como muchas otras, sus padres hicieron una fiesta, cosa que él odiaba, pero, fue su criada quien lo convenció promentiendo le que si acudía al evento le iba a proporcionar todos los materiales que le pidiera, convencido por esa promesa se puso sus mejores galas; una camisa azul marina, un pantalón negro y botas del mismo color y fue al salón.

Cuando llegó ya estaban la mayoría de los invitados, todos vestían con lujosos vestidos y llamativos adornos, él caminó hacia una esquina y allí se apoyó esperando a que esa fiesta terminára. Ya llenado el salón la música comenzó a sonar y los invitados empezaron a bailar, no pasó tiempo hasta que el joven muchacho vio a una bella dama de unos dieciocho años, ella estaba perdida y no parecía encajar allí, en ese momento algo despertó en el interior de Arkalia, cuando la vio le pareció hermosa, una verdadera noble pero, eso solo fue la semilla que desencadenó lo que le depararía el futuro, cuanto más la miraba más sentía ese extraño sentimiento en su interior, de pronto, una voz le susurró que debía matarla, allí delante de todos y de la forma más cruel que podía pasar, al sentir que algo le tocaba la mano vio que tenía una daga en ella, volvió su mirada a la joven y decidido fue cara ella. Ya enfrente suya la chica le hizo una reverencia y él, conteniendo las ganas le pidió que lo acompañara, a lo que ella aceptó con una gentil sonrisa en su rostro, la que pocos minutos después se borraría de él.

Mientras avanzaban por esos pasillos largos, fríos y solitarios las ganas de asesinarla se intensificaban. Tras pasar unos diez minutos llegaron a un pequeño cuarto todo lleno de juegos, desde juegos de mesa, como el ajedrez, hasta luego de competencia, como es el billar.

La noble le preguntó que donde se hallaban a lo que él, con una sonrisa macabra en su rostro y con la daga en alto le respondió "Estamos en tu funeral" y dicho eso la apuñaló cuarenta veces, ella gritó y no tardó poco en llegar los reyes, al hacerlo descubrieron a su hijo sobre la joven apuñalandola aunque ya se encontraba muerta, cuando se dio cuenta de que lo observaban se giró y con esa sonrisa y su rostro lleno de sangre les preguntó si les gustaba la obra que les había preparado. Sus padres alarmados llamaron enseguida a los guardias que lo llevaron preso a su cuarto, tras atarlo fuerte a la cama con fuertes grilletes de hierro decidieron llamar a una sacerdotisa, al llegar esta a palacio comprobó que, el príncipe estaba en un caso muy extraño y que podía ser una posesión, decidida a expulsar el mal de su cuerpo ordenó que nadie entrara, no podían darle comida, agua, ni cualquier tipo de visita, solo debía estar vigilado por ella y sólo sometido tan sólo a los exorcismos; en ésos actos se usaban todo tipo de medidas, desde oraciones y agua bendita hasta torturas intensas de fuego, hielo y cortes, todo eso para intentar expulsar a la oscuridad.

Pasaron tres años de esos tormentos y, cuando lo daban por perdido el príncipe se curó repentinamente, dijo que esa voz le confesó que lo dejaría en paz y así pudo volver a su vida cotidiana, una mentira que todos creyeron porque, lo que no sabían es que ellos mismos habían causado la bestia que ahora era, un ser sin compasión, una persona que ya no sentía dolor.

Desde ese momento el príncipe se dejaba ver más en sociedad pero, ya no con su bello rostro y su alegre sonrisa sino con una capa y capucha que solo dejaba ver su sonrisa, una que la mayor parte del tiempo presentaba timidez pero que escondía una macabra y cruel.

Comenzó a leer más libros de magia y practicar, hasta que pocos años más tarde consiguió controlar todos los elementos y todo tipo de magia, ahora era el ser más poderoso del mundo y el único que tenía tal capacidad. Ahora ya tenía lo que le permitiría vengarse, aún así decidió esperar y actuar como un ser curado y alegre.

Hacia el 1810, a la edad de veinticinco años, el príncipe cometió su primer intento de asesinar a sus padres, en ese momento falló y fue exiliado de palacio, esa era una gran traición que no debían pasar por alto. Él recordó que, cerca del palacio había un perturbador bosque, lleno de niebla y oscuro, donde la luz de la luna jamás entraba, allí encontró una pequeña casa abandonada y se instaló allí junto a su criada personal, la que siempre le defendió y la cual era la única que tenía su plena confianza.

No tardó en reclutar a gente que le hiban a ayudar con su maquiavélico plan, el cual era entrar por la fuerza a palacio y matar a todos los integrantes de la casa.

Tras unos meses reclutando y ya teniendo a sus secuaces, decidió marchar y llevar a cabo su plan.

Marcharon decididos a terminar con todas las vidas que se hallaban en palacio, con un conjuro abrió con fuerza la gran puerta de madera forjada y, con su capa ondeando entró el primero, cada persona que veían era matada de las formas más horripilantes, ya que la magia que usaba le permitía romper huesos y órganos pero dejar a la víctima viva para que muera lentamente y con un intenso lugar, si se le presentaban de cara las atravesaba con su daga impregnada de un veneno letal que te quemaba por dentro.

Con todos ya esparcidos por el palacio, él junto a su sirvienta marcharon a por sus padres.

La habitación tenía la puerta abierta y, a pesar de saber que podía ser una posible trampa entró, pero la puerta se cerró a su espalda y la criada que creía su más fiel seguidora le estaba apuntando con un arma a la cabeza; él no podía morir pero lo que no sabía era que la esa habitación era a prueba de magia y que su final estaba cerca. El arma se disparó y la bala atravesó su cabeza haciendo que su cuerpo cayera al suelo emitiendo un sonido sordo, las lágrimas brotaban de los ojos de la sirvienta que, en secreto siempre amó al ser que había matado.

Triste y desolada decidió aparentar que fue un suicidio. Salió y entre lágrimas les dijo a los demás asesinos que habían matado al jefe y que debían irse lo antes posible.

Pasaron los años y no se supo nunca más ni de la sirvienta, ni los reyes y mucho menos que le sucedió al cuerpo del príncipe, solo se encontró el castillo totalmente calcinado.

Hoy en día, en el 1880, un joven a parecido pero no un simple joven, ese es el príncipe Arkalia. Se dice que consiguió escapar utilizando un hechizo para revivir y que fue él mismo que él quemó el castillo para que lo dieran por muerto y así, junto a su venganza completada también logró que nadie lo persiguiera, ahora, las nuevas víctimas pasean alegres y despreocupadas por las calles de Londres.

El asesino de la daga, el demonio de la noche, un príncipe que volvió a subir a la nobleza y que siguió con las muertes que mucho antes cometía, llevando así el terror hasta los suburbios, nadie estaba a salvo.

La era del terror había comenzado, ahora el mundo estaba muriendo en sus manos poco a poco. Cuando terminaba con los habitantes de un lugar inventaba su muerte y viajaba a otro sitio, así fue durante muchos largos años hasta que se fue quedando solo y solo los que él creía dignos vivían, un mundo solitario y frío del cual él decidió despedirse quitándose la vida y esperando, como un espíritu que atormenta las vidas de los demás para que nueva vida llegué y así revivir y comenzar de nuevo.

Esta ha sido la cruenta historia de un hombre que lo tenía todo y terminó siendo derrotado por su propias manos.

Príncipe de la muerte| Truco de HALLOWEEN #4Where stories live. Discover now