-¿Estas nerviosa? – preguntó Sana.

-¿Me estas preguntando a mi o a ti? – Las tres reímos – la verdad es que si lo estoy.

-No puedo creer que las dos se casen el mismo día - los ojos de Mina se posaron en mí – perderé a mis dos compañeras el mismo días.

-A mí nunca me perderás – respondí sin pensar - ¿Lo sabes verdad? – Mina sólo giró sobre su eje y caminó en dirección al mini bar que había en mi habitación. Pude darme cuenta de toda la plenitud de su espalda.

-Iré a hablar con la gente de producción del casamiento, sólo quedan 45 minutos – Sana se acercó y dejó un beso en mi mejilla - ¿Vienes Mina?

-Bajo en unos minutos – me di cuenta que se había servido un vaso de vodka – creo que Momo tiene problemas con su corbata – volteo para regalarme su mejor sonrisa.

-Está bien, las espero abajo y Momo – mi atención cambió hacia Sana – recuerda que entraremos juntas a la iglesia – asentí con la cabeza. Después de que Sana saliera y cerrara la puerta detrás de ella el silencio se hizo presente entre Mina y yo durante unos segundos.

-No puedo creer que te cases – noté el tono de su voz temblaba un poco – no lo tomes equivocadamente.

-Te entiendo Mina – ella volteo para hacer contacto visual conmigo – lamento si estas teniendo un momento difícil.

-¿Difícil? – Mina caminó hacía donde me encontraba de pie con el vaso en su mano – no es un momento difícil Momo – dejo el vaso sobre la pequeña mesa de centro – es sólo que, no sé si decirlo realmente.

-Dilo – Mina tomo la corbata entre sus manos y se inclinó para colocarla alrededor de mi cuello. Pude sentir el aroma a su perfume.

-Aún siento algo, mínimo. Quizás son los recuerdos.

-Aún te pones nerviosa cuando sabes que me verás, o te sudan las manos o tiemblas – ella elevó su mirada hacía mi rostro – no eres a la única a la que le pasa.

-Quiero que seas feliz.

-Soy feliz con Nayeon.

-Estoy enamorada de Jeongyeon – 4 palabras que no me esperaba – me di cuenta hace poco que estaba enamorada de ella.

-Eso... eso está bien.

-Pero no es lo mismo Momo, no es lo mismo que...

-No compares Mina, no es sano – sentí como sus dedos trataban de centrar la corbata – el amor es diferente en cada persona – ella sonreía.

-Realmente se terminó para nosotras ¿verdad? – Mina bajó sus manos y las dejó a los costados de su cuerpo. Sus ojos seguían hipnotizados mirándome.

-Si Mina, se terminó para nosotras – ella volvió a sonreír – creo que debemos aprender con esos sentimientos ambiguos que nos van quedando hacia la otra. Tarde o temprano desaparecerán.

-Lo sé – Mina se alejó unos centímetros, tomó su vaso de vodka y se lo bebió de un sorbo – me gusta que hayas vuelto al rubio – sonreí – la corbata quedo bien.

-Gracias – voltee para poder mirarme en el espejo y realmente me veía bien. Sentí como unas manos rodeaban mi cintura. Mina dejo caer su cabeza en mi hombro derecho. Ahora nos mirábamos la una a la otra por medio del espejo.

-Siempre serás mi mejor amiga, siempre estaré para ti cuando quieras algo de espacio de tu matrimonio. Siempre tendrás un espacio en mi hogar Momo – sentía como el nudo de mi garganta se tensaba – déjame abrazarte de esta manera por última vez.

Daño ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora