La isla

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Yo vivo en la isla desierta, aquella desconocida, aquella perdida, aquella olvidada por Dios. Yo vivo en esta isla, y sólo yo vivo. A mi alrededor, todo perece, todo se quiebra, todo se olvida. Vayas a donde vayas, no encontrarás nada; solo lo inhóspito, lo inhabitable, lo indeseable, lo que nunca será. Da igual lo que hagas, nada cambiará; el gris permanecerá, la muerte perdurará y lo olvidado no volverá al recuerdo de nadie. No importa cuánto intentes o cómo lo hagas; la isla no dejará de ser ella misma, no renacerá, no se adaptará a ti. Tú te adaptarás a ella, tú dejarás tu esencia en el olvido que se sume en la isla, tú perderás tus colores con el primer paso que des, y tus esperanzas.... Ellas volarán, ellas serán libres, ellas se irán y como los deseos y las pasiones, no volverán.

Podrás recorrer cada esquina, cada rincón, explorar todos los terrenos que seas capaz de alcanzar, todos los lugares que la isla te permita encontrar, y no te encontrarás, ni a ti ni a mi. Puedes andar hasta que los pies se te deshagan en la tierra, puedes mirar hasta que los ojos se hagan uno con lo que ven, puedes tocar, y las manos, contagiadas por la muerte y el olvido, se te quedarán perdidas en algún lugar. Puedes vagar moribundo por la isla, puedes perder el sentido, puedes perder la cordura. Puedes perderlo todo, puedes desaparecer y ser olvidado, alejarte de la vida y nunca regresar. Porque tú no volverás, no tendrás a dónde ir, no tendrás cómo volver. Sólo tendrás la isla desierta, desconocida, perdida. Aquello en la que sólo vivo yo, y conmigo, sólo vives tú. 

La islaWhere stories live. Discover now