-1: «Nacer.»

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-Desde que él nació, todo fue maravilloso. Todo estaba bien, teníamos comida, y teníamos contacto cercano con el rey Tomlinson, es raro...todo cambió en quince años.-Dijo Greg mirando fijamente a su amada Maura, su esposa que con ojos entre-cerrados, soltaba ligeros suspiros manteniendo su puño cerrado. Tratando de no verle a los ojos a su esposo, simplemente por que era hora de que él se fuera del hogar. A emprender sus propias aventuras, y traer algo de dinero a la casa, pues, de verdad que eran muy pobres...

La familia de Mulligar, Irlanda. Pasaba momentos difíciles éste verano, ya con la llegada de su segundo hijo James, era hora de que su primerizo hijo fuera a recorrer las calles de Londres, Inglaterra, para traer algo de dinero al hogar. Su hijo de ojos azulados y cabellos rubios, se llamaba Niall Horan, éste chico sí sabía cómo impresionar, cada vez traía consigo kilos y kilos de harina de trigo a su morada, nadie sabía cómo, pero sólo querían comer algo. Niall es muy cerrado y tímido para andar de su propia voluntad hasta otras tierras que de seguro estaba en peor estado que Mulligar, pues Londres enfrentaba la llegada de los nazis, bandidos Alemanes que buscaban derrotar la paz en las tierras. Sin embargo, Londres seguía aportando buenas solicitudes de trabajo y economía estable. Lo suficiente para permanecer tres o cuatro meses y traer una bolsa de billetes y monedas. El punto es que, Niall debía ir allí. Pero no precisamente al mismísimo Londres, sino en Cambridge, un lugar un tanto lejos de la capital, siendo tan bonito de apreciar, pues contaba con árboles verdosos, castillos en dónde se hospedaban el Rey y la Reina de esos pequeños pueblos. Mulligar sí que era de esos, pero se fue deteriorando poco a poco, dejando atrás una gran tierra de buenos momentos.

Era tiempo de nacer, Niall tenía que dejar atrás a su familia, buscar trabajo, y volver en cuatro meses. Era su objetivo, no tenía más nada que hacer allí. O eso esperaba él.

-Niall...-Preguntó Maura acercándose a la habitación de el risueño de quince años recién cumplidos. Teniendo una mirada baja tratando de no ver fijamente el azular de los ojos de su pequeño bebé. Yendo de casa a mantenerlos estables económicamente.

El menor levantó la mirada, colocó la última prenda en su bolso y se levantó del suelo de madera de la habitación. Su recamara estaba basada en una pequeña cama, con la vista de las montañas de Mulligar en una ventana, y acompañado de su closet, su baño y su área de estudio. Todo bañado en marrones, con una vela que desprendía su luz amarillenta.

-Madre...estoy listo.-Dijo el rubio decidido. Mirando con ojos de lamentación a su madre que ya desbordaba en lágrimas.

El menor reposó su cuerpo en el de su madre, dejándola oír sus latidos, recordándola de cuándo él era un bebé.

Al cabo de unos cuantos segundos, en dónde se escuchaba el sollozo de su madre. Decidieron bajar las escaleras, y por fin despedirse de su amado hijo.

-Mamá, papá...prometo llegar en cuatro meses y ser el chico más rico de el pueblo...-Dijo soltando unas pequeñas lágrimas. Estando en la puerta de madera de su casa, reposando su hombro en ella mientras que se ocultaba las lágrimas de los ojos.

-Oh, cariño...tú ya lo eres.-Comentó Maura sollozando al decir esas palabras tan preciosas.

Después de decir aquello, Maura y Greg comenzaron a llorar. Muchas lágrimas en un día ¿no?

-Padre, seré fuerte. Te prometo que conoceré al rey Malik, prometo que le contaré de ti. Debe de recordarlo...debe recordar que fuiste su amigo. Y, quizá podamos vivir en riqueza en unos meses. Confía en mí madre, me mantendré sano y salvo, haré que todos sepan que lo hice por ustedes.-Añadió Niall decidido, pues ésta vez, si estaba muy conforme con lo que decía.

Después, un abrazo en familia los unió y el frío los acompañaba esa tarde, pero desapareció al contacto de sus latidos. Un último beso en la mejilla de ambos parientes hizo el definitivo para que el rubio fuera andando en sus caminos, le esperaba un largo viaje camino a Londres. Y después, llegar a un lugar desconocido sin conocer a alguien hasta tener una mejor vida, para él mismo y para sus familiares.

***

Pasó una hora, y el rubio ya estaba en el puerto de barcos que lo llevarían hasta lo desconocido. En el puerto, habían personas con carruajes que montar, señoras y señores con ropas finas y caras, y caballos que también esperaban ansiosos por subir a aquél dichoso barco de letras azules llamado, puerto Londres. Sin más, el rubio se acercó a un hombre con un esmoquin bastante elegante y que se encargaba de recibir el dinero para el viaje tan largo.

-Hola-Dijo el rubio con una tierna sonrisa, dejando ver el propósito que el necesitaba al estar allí. El hombre alzó una ceja y miró su tabla de apoyo, en dónde ésta tenía una hoja de papel. Seguramente el listado de personas que entran y salen del barco.-Soy Niall James Horan, voy a Londres, aquí está mi dinero.-Con sus manos algo temblorosas por el frío, éste sacó diez monedas y un billete de dos dolares.

-No es suficiente.-Comentó el hombre con su ceja aún alzada y su bigote azabache dejando ver una sonrisa escapada.-El viaje cuesta veinte monedas y dos dolares. No te alcanza, niño. Anda a jugar con tus chicos de barrio y aléjate del barco, por favor.-Pidió cortante mente el hombre, para luego gritar fuertemente «¡El siguiente, por favor!» después notó que el rubio seguía allí parado, y decidió moverlo un poco para dar paso a una señora con prendas de pieles de zorro que lo miraba con una sonrisa señaladora, ocultando ésta con su mano tapada con un guante rosado.

-Señor...ésto es todo lo que tengo. Por favor, acéptelo. No cometeré ningún problema, lo juro...-Pidió el rubio dejando ver sus ojos cristalizados con lágrimas que delataban culpabilidad, desprecio y odio hacía él.

-Ya le dije, mocoso. Ésto no es suficiente diner--De pronto, alguien habló para acortarle la última palabra al hombre.

-Usted dijo ayer que el viaje costaba, diez monedas. Es imposible que cueste tanto en tan poco tiempo ¡Estafador!-Comentó un pasajero que estaba esperando la respuesta del rubio.

El menor, volteó rápidamente y miró a un chico de ojos verdosos con rulos chocolate en toda su cabellera frontal. Al parecer, éste chico también estaba tan escaso de dinero cómo el rubio, dejándolo notar un poco satisfecho después de que supiera la verdad sobre el estafador de bigote azabache.

-Agh, los pobres ésto, los pobres aquellos. En fin, nos sobra espacio en la parte de atrás del barco, pueden entrar. Niñatos.-Comentó el estafador dejando entrar al rubio y al chico de rulos chocolate. Que al parecer, estaba con una mirada fría pero al mismo tiempo triunfadora, pues tendría un espacio para irse.

Al entrar al barco, el chico de rulos se presentó con una risa no muy oculta hacía el rubio, lo notó algo extraño pero no le importó mucho.

-Soy Harry, Harry Styles. Mucho gusto.-Comentó el chico de rulos, y el menor respondió estrechándole la mano suavemente. Lo primero que notó fue el acento de Harry, al parecer no era de Mulligar, pues nunca lo había visto por la zona. Así que, concordó el mismo con que podría ser de Inglaterra.

-Yo soy Niall Horan, gracias por lo que sucedió. Te debo una.-Comentó el rubio, dejando ver su sonrisa clara por unos segundos. De verdad que sí estaba agradecido por lo que el chico hizo por él, tanto que hasta imaginó que podrían tener una gran amistad en un fúturo cercano.

-No es nada, aquí todos son unos estafadores, cuando lleguemos a Londres notarás muchos de ellos, así que no te fies, Niual.-Dijo seriamente el rizado.

-Gracias por la advertencia, ah, y es Niall. Niual suena muy raro-Dijo el rubio soltando una pequeña carcajada. Que de inmediato fue correspondida por Harry que reía más fuertemente por su comentario. Se ríe muy fácil ese chico.

El barco zarpó, dejando en Mulligar, sueños y esperanzas, pero sobre todo. El nacimiento de un nuevo Niall, el nacer de una nueva aventura. Que está siendo acompañada por alguien muy esencial.

-El príncipe Zayn necesita una princesa.

-Capítulo 1: Nacer.

Continuará.






«El príncipe Zayn necesita una princesa».-[Ziall Horalik.] ©️Where stories live. Discover now