Así que yo me conformo con verla a través del cristal, suerte la mía de tener su escritorio al frente de mi oficina.
Me desconcentro mucho, pero vale la pena.

Me había perdido tanto en mis pensamientos que no me percaté de la presencia de la fastidiosa de mi amiga.

—Límpiate las babas, por dios- me hablaba sin evitar reírse.

—No sé de que hablas— era mejor hacerse la desentendida.

—Sigue haciéndote la loca. Si sigues así vas a gastarla de tanto verla.

—No molestes, y dime ¿Para que vienes?— pregunté.

—Ahora... ¿no puedo venir a saludar a mi mejor amiga? Me lastimas, me hieres—cuando le agarra el drama, no hay quien la soporte.

—Y el premio a la chica drama es... para Laura—solté riéndome.

—Gracias a todos por su apoyo, los amo.— Actuaba, mientras lanzaba besos a su público imaginario.

—Idiota

—Oye, deja el insulto. Bueno a lo que venia. Vamos a tomar esta noche— sabía que quería algo.

—No, sabes que no me gusta.

—¿Acaso te pregunté?, estoy afirmando, vamos a tomar esta noche. Paso por ti a las nueve, ponte guapa— quise reprocharle, pero salió en precipitada carrera.

A esta mujer no hay como decirle que no.
_________

Llegó la noche, y estaba lista esperando por la loca de Laura. Por su culpa mi novia estaba molesta.

—¡¿Cómo que no puedes venir a verme?!—Tuve que alejar el teléfono de mi oreja.

—Lo siento, amor. Ya había quedado con Laura.

—Esa amiguita tuya nunca me ha caído bien, es mala influencia para ti— volvíamos a lo de siempre.

Ese par no se soporta.

Según Laura, Valería es una mojigata que se hace la santa. Mientras que Valería decía que mi amiga es una loca mujeriega que se acuesta con cualquiera que respire. Tan mal no estaba de la realidad, igual nunca me alejaría de ella, es prácticamente mi hermana.

—Te la aguantas, sabes lo importante que es para mi. Hablamos en otro momento, chao— colgué. No quería amargarme la noche.

Abrieron la puerta y vi entrar a Laura, no recuerdo por qué tiene llaves de mi casa.

—¿Así vas a ir vestida?—Pregunté, sorprendida.

—Si, ¿qué tiene?— decía, mientras se miraba su vestuario.

—Es un putivestido

—Ay no exageres, santurrona. Así cazo mas rápido a mi presa— contestó muy coqueta.

—No lo dudo.—Puse mis ojos en blanco.

Quien pensaría que la abogada seria y formal que se veía en los juzgados, era la misma  que salia en las noches a disfrutar con sus putivestidos.

—Ya vamos, que nos espera una gran noche.

—Seguro que si.—Respondí, con sarcasmo.

Nos dirigimos al centro de la ciudad, a un bar alternativo, es el ideal; ambiente tranquilo, música agradable y las mejores bebidas.

Así me lo vendió mi amiga.

—Mira cuanta belleza hay aquí — tenia razón, habían muchas chicas lindas.

—Así veo, tienes para escoger

—Ni lo dudes, amiguita.

Fui hasta una mesa, mientras Laura iba por las bebidas. Ni bien me sentada ya llegaban las buitres.

—Hola guapa, ¿por qué tan sólita?

—No estoy sólita, ahí viene mi compañera.

Al ver a Laura no le quedó más que irse.

Con el metro ochenta que poseía mi amiga, intimidaba a todas, menos a mi.

—Vaya, estaba guapa esa muchacha.—Dijo, comiéndosela con la mirada.

—Sabes que no me interesa, estoy comprometida.

—Istii cimprimitidi, que aburrida te has vuelto. Te odio a veces.

—Tu sabes que me amas. Y yo respeto a mi novia.

—Ya me aburriste. Voy a hablar con esa guapura que no deja de mirarme, ya vengo.

No pude decirle nada porque se fue presurosamente, si sera idiota, ¿Ahora que hago sola?
Miraba a todos lados, sin conocer a nadie. Hasta que vi que por la puerta ingresaba...

¿Sara? ¿Que demonios hace ella aquí?

El amor no conoce de géneros (Historia Completa En Amazon)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن