Capitulo 2: preparativos

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—Marcos —susurró Gabriel a su oído mientras acariciaba su cintura, sus manos agarraban delicadamente su camiseta y amenazaban con retirarla—. Ya no aguanto más, el no tenerte para mi me está matando —dijo mientras besaba su cuello.

Un jadeo escapó de los labios del chico, ese día estaba de buen humor.

—Hm... G.gabi... Estás así porque queres —dijo volteando para mirarlo a los ojos—. Cuando tenía ganas vos te me negabas.

—Lo siento, cariño, estaba ocupado —susurró mientras lo tomaba de la cintura y le daba un cálido beso—. Sabes que desde que la reina Lilim murió todo es un caos.

—Lo sé, ahora debe ser la sirviente de mi hermana —comentó acariciando su rostro—. Debe de estar complaciendo todos sus caprichos.

— ¿Podría cumplir los tuyos? —sugirió el rey con una voz pícara y seductora.

El joven sonrió y lo beso, poco a poco la intensidad subía junto con el deseo. Marcos quedó rápidamente sin camiseta, Gabriel lamía sus pezones mientras el chico, recostado en la cama, no podía hacer más que gemir. Había extrañado tenerlo tan cerca.

Tocaron la puerta, inmediatamente se separaron, Marcos se puso su camisa lo más rápido posible.

—Pase —dijo Gabriel tratando de parecer tranquilo, internamente estaba furioso, no le gustaba que interrumpieran su momento de intimidad con su adorable y sexy esposo.

—Su majestad Marcos, su hermana la guardiana de secretos Candela, su hermano Uriel y su hermana y diosa Candy, lo están esperando —dijo el guardia haciendo una reverencia y retirándose.

—Algo tuvo que pasar para que todos vinieran de forma tan apresurada —dijo levantándose y plantandole un beso en los labios a su ángel, quien comenzó a hacer puchero.

—Esperaré un beso cuando vuelvas —el chico sonrió y asintió.

—Tendrás eso y más —le guiñó un ojo y luego se fue caminando hacia la sala de invitados.

Gabriel no podía creer que ese joven le moviera tanto el piso y lo dejara sonriendo como un profundo estúpido.

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— ¡¿Qué?! ¡Mataré a ese estúpido! —gritó Marcos muy molesto, una bola de energía se formó en su mano, Candela con un solo movimiento logró disiparla.

—No lo matarás —dijo Candela con tranquilidad

—Alguien que es elocuente —murmuró Candy.

— ¡PORQUE YO LO MATARÉ! —exclamó la joven reuniendo todas sus fuerzas—. Es un maldito, no puede pretender que vos...

La chica, cansada, utilizó sus habilidades para detener a todos los presentes.

—No quiero peleas, quiero soluciones —hablaba como la Candy del pasado, esa que los lideró a la victoria cuando enfrentaron las fuerzas de la oscuridad en una lucha por recuperar los diarios—. No sé que camino tomar... —murmuró.

—El que tu corazón diga —respondió Uriel con sencillez—. No hagas lo que otros quieren, siempre has sido rebelde, insolente y una amante de la adrenalina. No te impulses por los deseos de otros, solo por los tuyos.

Sonrió de lado, todo el camino que recorrió para tener la respuesta siempre junto a ella, era algo bastante irónico.

—Creo que tiene razón —dijo Candela apoyando a Uriel—, pero si tienes ganas de que lo matemos solo dínoslo, no tendremos problemas. ¿Verdad Marcos? —el pelirrojo asintió. La joven sonrió de lado.

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⏰ Last updated: Aug 18, 2019 ⏰

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