Parte única

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Iba conduciendo por la desolada carretera en las afueras de la ciudad, con el gran camión de mudanzas que transportaba mis pertenencias siguiéndome. Los árboles se encontraban desnudos, con todas sus hojas sobre el suelo tal cual una alfombra naranja brillante y sus ramas moviéndose cada vez que el viento soplaba. El ambiente frío del otoño se podía sentir y no había ni un pequeño rayo de sol ya que las nubes lo ocultaban, cubriendo el cielo de un manto gris.

Había decidido mudarme lejos del caos ciudadano sólo por un tiempo, necesitaba despejarme de aquellos sonidos molestos, las personas frustradas y la cantidad de gente caminando en las calles. Era agotador. También esa era una perfecta oportunidad para poder inspirarme y escribir mi próximo libro ya que yo, Lee Taeyong, soy escritor.

Por uno de los espejos retrovisores observé detrás. Por un momento creí ver una silueta sobre el asiento trasero, pero seguramente había sido una sombra. Peiné con mi mano libre mi cabello castaño y acomodé mis finos lentes. Me sonreí a mí mismo por la felicidad, provocando que mis ojos se afinaran un poco.

Cuando finalmente llegué a mi nuevo hogar, bajé del auto y llené mis pulmones del aire natural del bosque. Mi nueva casa estaba en un pequeño pueblo a sólo unos kilómetros de la ciudad, pero lo suficientemente lejos como para ser un ambiente silencioso y lleno de paz. Era de una planta, pero demasiado amplia. El techo caía a dos aguas y estaba repleto de ramas y hojas. Tenía una gran cocina, dos habitaciones, un baño y un salón enorme donde planeaba poner mi gran estante de libros al lado de la chimenea y mi escritorio, donde solía escribir. Los empleados de la empresa de mudanzas se encargaron de llenar mis muebles dentro de la casa mientras yo decidí dar un paseo por los alrededores de mi nuevo hogar.

Me gustaba demasiado la forma en la que las hojas otoñales crujían bajo mis pies a cada paso que daba acompañado de la preciosa melodía de los pajaritos cantando sobre las ramas de los árboles secos. Era espléndido, justo lo que anhelaba para mí descanso.

Más tarde, el sol comenzó a esconderse y el camión se fue a la ciudad nuevamente. Yo caminé por cada habitación de mi casa y empecé a ordenar las sillas, la mesa, mi escritorio, mi estante lleno de libros y todos los demás muebles. Cuando estaba acomodando la vajilla en la cocina, escuché unos pasos detrás de mí. Me alarmé y al instante volteé, sin embargo no había nadie. Por un momento pensé que había un ladrón, pero descarté esa idea. Era un pueblo bastante tranquilo para que haya delincuentes.

Acomodé mis finos lentes redondos y seguí acomodando los vasos y platos, seguro sólo fue obra de mi imaginación.

ㅡEstoy tan cansado... ㅡme quejé en voz alta y me senté sobre una de las sillas.

Dí un brinco de sorpresa cuando escuché un fuerte ruido en la sala. Rápidamente fuí hacia allí pero no había nadie, sólo se encontraban todos mis libros de literatura regados en el suelo. Eso era tan... extraño.
Le resté importancia y los acomodé en su lugar sobre el estante al lado de la televisión. Suspiré con cansancio y revisé la hora en mi reloj. Marcaba las once de la noche y sería un buen momento para dormir, tenía demasiado sueño y carecía de energías suficientes para hacer la cena.

Sin más, fuí a mi habitación, me tiré sobre la cama y cerré mis ojos. Escuché un "click" y cuando abrí mis ojos la luz estaba apagada. Con algo de temor, me levanté y prendí la luz. De verdad esto era demasiado extraño. Me sentía observado, pero quise creer que sólo era producto de mi imaginación.

Busqué una manta y una almohada en una de las grandes cajas que estaban apiladas en la esquina de la habitación dispuesto a dormir, pero una voz ajena se escuchó y yo me quedé estático.

ㅡ¿No harás la cena?

La manta y la almohada cayeron de mis brazos y mis piernas comenzaron a temblar intensamente. El temor se apoderó de cada parte de mi cuerpo y el miedo se instaló en mi corazón. Un chico con una sonrisa tétrica estaba sentado sobre mi cama, con sus brazos cruzados, mirándome con sus rojos ojos con picardía.

HIDE AND SEEK ㅡ TAETENWhere stories live. Discover now