Estas son pequeñas historias que queremos compartir con nuestros queridos lectores como un regalo para esas fechas especiales, esperamos las disfruten.
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Aquí estoy en la habitación de un hotel a mitad de la nada literalmente, cansado, con hambre y algo mojado... llámo a Room service y pido algo de comer, mientras espero me recuesto sobre la cama recordando el día que tuve hoy.
Me llamo Nicolás tengo 28 años y soy arquitecto, tengo un pequeño despacho con mi mejor amigo y socio, apenas comenzamos así que hemos tenido días difíciles, hoy tuve que viajar en carretera por tres horas para llegar a ver un posible cliente muy importante, si conseguimos esta cuenta será uno de nuestros mayores logros hasta ahora sin mencionar que nos dejará muchas ganancias y es algo que definitivamente nos hace falta.
Me levante muy temprano y me alisté para mi viaje, afortunadamente no hubo contratiempos en el camino y llegue a mi destino a tiempo para mí reunión... todo parecía estar bien, el cliente me dijo sus necesidades, yo iba preparado con algunos bosquejos en mi tablet se los mostré y quedó facinado con uno de ellos, me pidió algunos cambios y acordamos una próxima cita para mostrarle un borrador más completo con sus necesidades. Comimos y mantuvimos una charla amena para después de eso despedirnos y confirmamos nuestra próxima cita para dentro de unos días.
Mi socio me había pedido el favor de pasar a comprar algunas cosas aprovechando el viaje, me costó más de dos horas de mi tiempo pero por fin termine, ahora a tomar camino de regreso a casa...
Llevaba ya una hora de camino cuando estúpidamente me pase la salida, seguí el camino pensando en encontrar un retorno más adelante pero en estas malditas carreteras no es tan fácil, camine por una hora más, por una maldita hora estuve perdido y no había retorno, por desgracia comenzó a llover muy fuerte y después de unos minutos ahí estaba por fin mi retorno, lo tomé y traté de conducir pero a cada minuto la lluvia se intesificaba, era imposible ver el camino...
Trate de avanzar pero no podía ver nada, hasta que un letrero llamo mi atención, anunciaba una gasolinera y un Hotel, así que me desvíe una vez más, con mucho trabajo llegue hasta las puertas de Hotel, llovía mucho y hacia bastante viento parecía un gran tifón, cuando bajé del auto fue cuando me moje solo di unos pasos afuera y llegue hecho una sopa.
Y aquí es donde estoy ahora en la habitación de un pequeño hotel, por fortuna limpio y agradable, escucho que alguien toca la puerta diciendo en voz alta "Room Service" le grito que pase, para mi sorpresa es un chico como de 22 años, guapo, muy lindo con unos hermosos ojos verdes, labios rojizos y carnosos, es más bajo que yo, de cabello castaño claro, totalmente sexy, es una delicia, me mira coquetamente y su sonrisa es como una invitación al placer y al deseo...
Pone la charola sobre un pequeño escritorio y me dice que volverá más tarde por los platos, solo puedo contestar con monosílabos, me dejó totalmente hipnotizado, veo su hermoso trasero contonearse en dirección a la puerta y se cierra tras de él... vaya este chico si que me ha puesto nervioso, respiro profundamente y me siento a comer, para mi sorpresa la comida tiene buen sabor, sin notarlo devoro todo.
