❛ Peach.↬scb+hhj¡! （os🍯）

❝ Capítulo único. ❞

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❝Mis ojos siguen vagando por ese pálido rostro

¿Cómo es que no me canso de mirarte?
Cuando secretamente me sonríes,
Creo que voy a volverme loco
¿Cómo puedes ser tan lindo, bebé?

¿Cómo puedo explicar este sentimiento?❞

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Las inconfundibles piernas de Hyunjin se entrometieron sin permiso por la puerta de mi casa, descubiertas, pálidas, delgadas y altas, podría seguir dándo adjetivos tan sólo de esta parte de su cuerpo, pero no es lo que nos convoca el día de hoy. Un ligero portazo detrás de el rezonó por las cuatro paredes, caminó lentamente hasta el sofá en el que yo descansaba para luego acomodarse a mi lado y plantar un pequeño beso en mi mejilla como saludo, doblé un poco mi cuello devolviendo su gesto, pero esta vez mis juguetones labios prefirieron ir sin rodeos hasta su boca dejando allí otro besito, pequeño como el anterior.

En el sillón dónde estaba sentado, la luz del ventanal le pegaba al rostro del menor resaltando sus alargadas pestañas y su cabello ya algo largo, negro azabache resaltado por el brillo natural de la mañana, el día se notaba tranquilo, no había mucho que hacer y el mejor plan era quedarse toda la tarde en compañía del otro.

- Hola bebé, ¿cómo despertaste? - Las delicadas manos de Hyunjin sin disimulo acariciaron mi cabello bajándola hasta mi cuello continuando con las caricias.

- Bien - comenté seguido de un pequeño bostezo - Hoy quería dormir toda la mañana.

- Sí, me di cuenta.

Mis ojos se paseaban por su pálido rostro y mis manos alejaron las suyas de mi cuello para empezar a acariciar su dorso, nuestras miradas se encontraron y se sonrieron llenándonos del cariño que tanto poseíamos, el apacible silencio fue cortado por la dulce voz del menor.

- Acabo de ir a comprar ropa, ¿quieres verla? - tomó las bolsas que estaban a su lado colocándolas entre nosotros - Te compré cosas a tí.

- Claro - Asentí delicadamente, sus dedos se  encaminaron a sacar las cosas, pero antes de eso detuve el recorrido de estas - Mejor modélamelo.

El alto sonrió juguetón ante la idea, asintió con suavidad mientras susurrabas un pequeño : - Esperame - y caminó por los pasillos hasta meterse posiblemente en nuestra pieza. Mientras lo esperaba mi vista se paseó por toda la habitación, al lado de la puerta una gran cantidad de marcos adornaban las blancas paredes, fotos de nuestra graduación, el fin de semana en la playa, esa foto que enmarcamos sólo porque Hyunjin se veía bonito ¿Cómo es que podía ser tan bello? ¿Cómo podía crear tantas sensaciones en mi con tan sólo una sonrisa? Es algo que sólo el me puede provocar, me puse melancólico observando el pequeño departamento que con tanto esfuerzo habíamos logrado pagar, cada rincón demostraba todo nuestro trabajo, todo lo que nos queríamos.

- ¡Bin! - la estruendosa y característica voz del otro llegó hasta mis oídos logrando distraerme de mis pensamientos - ¿listo?

- Claro Jinnie.

La puerta volvió a ser cerrada y la clásica música de pasarela empezó a sonar por el parlante que teníamos guardado.