Experimental.

Pasandolo de largo.

Unas orbes esmeraldas se abrieron; un poco opacas, distraídas e incluso oscurecidas. La joven de rosados cabellos le miraba completamente aliviada, pues no tendría que dar ninguna explicación al respecto.

No más allá del usual: "Se esforzó demasiado al entrenar y terminó desmayándose, otra vez", algo de lo que nadie pensaría siquiera en cuestionar su veracidad. Tras el aliviado suspiró, le mostró su pareja linea de dientes superiores.

—¿Y bien?, ¿como te sientes? –Estaba ansiosa. Quería ya poder comenzar a promocionarse con ello–.

—¿De que hablas? –La voz típicamente aniñada, salió en un tono grave y conciso. Efecto del suero se dijo ella, aún más emocionada–.

—Del suero, claro está. En cuanto puedas levantarte deberías ir a probarlo; ¡ya quiero ver los resultados! –Dichas aquellas palabras, la chica se levantó de la silla en la que hasta el momento se mantuvo sentada al costado de la camilla–. En todo caso,  ¡nos vemos!, ¡pasa al taller para contarme después! –Sólo eso bastó para que la señorita desapareciera tras cruzar la puerta–.

—¿Contar qué? Maldita sea....–Suspiró a la par que con ansias se arrancaba el suero intravenoso que yacía conectado al torso de su mano derecha. Su ceño se encontraba ligeramente fruncido, se sentía de alguna forma diferente; sin embargo, no prestó demasiada atención y se levantó de un saltó, saliendo así mismo de la enfermería.

No pasaron ni dos minutos cuando el peliverde se topase con sus amigos, Iida y Ochako–.

—¡DEKU-KUN! –Exclamó ella conmocionada, aunado a un par de ojos preocupados y unas cuantas palmaditas en la espalda de parte de Tenya. Él de pecas se limitó a observarlos con una de sus cejas apenas un poco levantada, no entendía el porque la conmoción–.

—¡Midoriya-Kun! Debes cuidarte más; no puedes ir por ahí esforzándote más de lo debido. ¿Qué pasaría si en la batalla te sientes mal debido a tu sobreesfuerzo y.....–No terminó de hablar debido a un chasquido de lengua que lo descolocó un poco. El menor no solía hacer eso; mejor dicho, nunca había hecho algo similar–.

—Si, como sea. Voy a comer. –No dijo más y pasó de largo a sus amigos a la par que se detenía por mera curiosidad– ¿Van a venir o seguirán comiendo moscas?

—¡S-si! –La confusión estaba plasmada en los rostros, tanto de ella como del de lentes; encogiéndose un poco los hombros antes de seguirlo, tratando de darle una explicación al cambió repentino en la actitud de su carismático amigo–.

—Bien...–No dijo más, y ellos tampoco se atrevían a hacerlo. Aún así le observaban disimuladamente desde cada lado que iban ocupando a los costados del de menor estatura.

Se toparon con uno que otro alumno conocido de otras clases y todos parecían notar lo extraño del comportamiento en uno de ellos. Especialmente cuando se acercaban a saludar–.

—¡Chicos hola! –Una joven de rojos cabellos se aproximaba con la mano levemente alzada a modo de saludo– ¿como están?

—¡Oh, Kendo-San! –Uraraka parecía feliz de verla; mientras que Iida solamente asintió. Ella sin embargo, giró su rostro para observar al pequeño pupilo del profesor All Might quien al parecer le importaba un comino y poco menos la presencia de la ajena–. ¡Ah! Deku-kun... Él, ¡venimos de la enfermería! Se sentía un poco mal así que...–La del grupo B pareció entender un poco el porque del reacio comportamiento de él–.

—Ya veo...–Monoma se acercaba por lo que antes de dejarlo comenzar con sus típicos insultos a los chicos; lo cogió del brazo y se lo llevó cual cachorro con correa–, Nos vemos, ¡recuperate pronto, Midoriya-Kun!  –No dijeron más, y cuando estaban a punto de emprender nuevamente el paso escucharon al extraño chico quien siempre buscaba pelea–.

—¡Ay por favor!, ¡¿Porqué te preocupas por él?!, ¡Si es solamente el tipo que se cree mucho porque su Kosei se parece al de All Might y además, ni siquiera lo puede usar sin quebrarse algo! –Lo sorprendente no era el hecho de aquellas palabras, sino que Izuku se lanzará contra él; comenzando una pelea que claro estaba, él peliverde ganaría. Todos los presentes en el pasillo estaban atónitos, no sabían que hacer.

El rubio estaba siendo masacrado a manos del moreno, y nadie movía un dedo; la impresión era grande. El adorable, gentil y siempre amable Midoriya se encontraba encima del otro acertando uno, dos, tres y más golpes a la cara y cuerpo ajeno; está demás decir lo colérico que se le podía ver.–.

Pero lo aún más impactante era que ni siquiera estaba utilizando su Kosei; lo que significaba que la aparente nariz rota del de claros cabellos era a partir de solo su fuerza física normal. No fue hasta que los profesores Cementos y Aizawa hicieron su aparición que todos parecieron recobrar un poco la lucidez y huir antes de ser reñidos por no hacer algo al respecto.

En lo que concernía a los dos implicados; fueron sacados de ahí inmediatamente. Ambos directo a enfermería, uno para tratar las severas heridas en su rostro, brazos y abdomen y el otro para tratar sus nudillos presumiblemente sangrantes–.

—Mocosos....–Aizawa se podía ver claramente molesto; aún que, tampoco ocultaba muy bien el desconcierto por los acontecimientos. Monoma mantenía el rostro bajo, conmocionado pero más que nada, asustado de que el otro fuese a golpearlo de es manera una vez más.

Mientras que a Midoriya parecía venirle flojo el tono de voz que utilizaba su profesor–. ¿Me pueden decir porque estaban peleando?, ¿Saben que esto es motivo suficiente para la suspensión? En realidad, me gustaría decirles que podría expulsarlos a ambos de UA pero dado a que ninguno hizo uso de su Kosei, sería un poco extremista pero eso no quita la falta disciplinaria que han cometido.
Así que ambos, están suspendidos. Ahora.... Monoma, retírate y ve por tus cosas. –El aludido simplemente asintió; no queriendo provocar más a ninguno de los dos presentes. Una vez se marchó, Aizawa se puso serio–. Midoriya, ¿Porqué lo golpeaste? –El otro volvió la mirada al mayor, y una sonrisa socarrona a la par de sarcástica apareció en sus rosados labios antes de hablar–