De por sí estaba molesta porque Emily había ganado la carrera, por lo que aprovechó para echarle más leña al fuego.

—Barbara por favor, se supone que somos un equipo —señaló Lara.

Emily se quedó callada, pero muy pensativa. Se alejó de todos y prefirió subir al auto. Barbara se fue para otro lado y los demás se quedaron viéndose las caras, mientras Tony hacía chiste el momento en que Maya se acercó.

—¿Y Em? —preguntó Leo al volver.

—En el auto, igual creo que es hora de irnos —respondió Lara.

Leo subió al lado del piloto, intentó hablar, pero Emily estaba muy seria, inclusive evitaba darle la mirada. Fueron los primeros en irse, a Leonardo más que nada le importaba aclarar las cosas.

Todo el camino no cruzó palabra, pero recién llegaron al campamento Em bajó del auto inmediatamente y comenzó a caminar hacia el bosque. Fue la señal que indicaba que estaba molesta.

—Em, Em, espera por favor ¡Escúchame! —gritó.

Ella siguió caminando sin importarle las palabras de Leo.

—Necesito que me escuches —dijo él, sujetándola del brazo.

—No necesito escuchar nada Leo, lo de hoy fue suficiente o qué, quieres que escuche tú versión con todo y los detalles. ¿Cuántas más han pasado por tú vida? ¿Cuántas más conocen ese tatuaje que yo aún no he visto, y que ni sé si es verdad que tienes?

—Emily eso no importa, es pasado.

—¿Sabes qué es lo que me molesta?

—No.

—Que no me lo advertiste, sabía que eres deseado, pero solamente me hablaste de Barbara. Y por lo que escuché hoy, estuviste con esa tal Maya estando con Barbara, ¿Qué se supone que tengo que esperar yo de ti con esos antecedentes de infidelidad?

—Em las cosas no son así, yo te amo. Jamás sería capaz de cometer las mismas faltas contigo, esos errores quedaron atrás, y créeme que no estoy orgulloso.

—Es que en este momento estoy tan enojada que no sé que creerte, y no me molesta solamente eso, también me molesta que seguramente esa tal Maya me vio como poca cosa y no pude defenderme porque tuve miedo a sus insultos. Y todo el camino he venido pensando en que quizás yo solamente soy la chica de turno.

—Claro que no Emily, no eres la chica de turno. Eres la chica de mis sueños, de mi vida.

—¿Cómo le hago para creerte?

—No lo sé, pero solamente puedo decirte que eres la única mujer en la que pienso cada segundo, con la que sueño algún día poder formar una familia, con la que quiero compartir el resto de mi vida, y por la que deseo que está pesadilla termine pronto. Y lo que pasó hoy... si hubiese sabido que iba a suceder te lo hubiera dicho, no hablé de esas mujeres porque no vale la pena hacerlo. Tú me completas Emily, contigo me basta y sobra, no pienses que lo que digo no es cierto, porque te amo.

—Perdón, no debí ponerme así. Nunca he sido insegura, pero... sólo dime una cosa.

—¿Qué?

—¿Cuántas han sido?

—Em por favor.

—No es para seguir peleando, ¿Crees que quiero seguir peleando contigo? Es solamente para estar preparada, ya llevo dos; prometo que las próximas no me afectaran.

—Te amo —la besó.

—¿Cuántas Leo?

—Em.

Huracán ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora