Siempre he pensado que todo tiene una razón de ser, alguna explicación lógica del por que las cosas pasan, pero hoy me encuentro aquí, sentada en la orilla de este viejo columpio, con un cigarrillo entre mis dedos, tratando de entender por que me dejaste. Nada coherente viene a mi cabeza, faltan tantas piezas en el rompecabezas. Aún no logro entender por que te marchaste. Mis amigos dicen que aún que pase mil noches en pena, no volverás, pero yo tengo la esperanza de que estén equivocados.
La tristeza me consume poco a poco, casi a la misma velocidad a la que se consume el cigarrillo que se encuentra entre mis dedos. El tiempo avanza, la vida sigue y yo sigo aquí, dentro de esta gran nube gris en la que me dejaste.
