PROLOGO: LA GRAN CATÁSTROFE

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Para mi mejor amigo de cuatro patas, quien se fue cuando comenzó esta aventura

Hace miles de años (o más):

93 días después de la gran catástrofe

Las puertas del enorme palacio de metal cristalizado se abrieron, una figura femenina entró a paso rápido; vestía una túnica rojo sangre (del mismo tono de su cabello y pupilas) adornada con una armadura de un mineral extraño, pero impecable y reluciente.

Se detuvo al quedar de frente a lo que parecía ser un gran "trono"

-¡Zentella! - exclamó, con gran autoridad.

Una enorme silla hecha de aquel mineral extraño del que también estaba fabricada la armadura giró, impulsada gravitacionalmente por medio de una fascinante tecnología milenaria. Cuando la silla le dio la cara a la fémina de rojo, Zentella se levantó de esta. Luciendo una armadura que le cubría el 90% del cuerpo, de un metal al parecer más lujoso y resistente, además de una gran corona que solía portar el gran y poderoso Ancestral, Amón.

-Scarlett - esbozó una reluciente sonrisa - Me alegro de que estés de vuelta. Bienvenida a Nueva Arkadia.

-¡Esto no era parte del trato! -gritó, preocupada.

-Mira a tu alrededor, tenemos lo que queríamos ¿No es así? ¡Los Ancestrales nunca iban a conseguirlo!

-Matar a los ancestrales y a sus protectoras ¡No era parte del trato!

Zentella cambió su gesticulación amable y simpatizante, a una digna de un tirano. Incluso su tono de voz cambió.

-Los ancestrales no han muerto ¿Quién me crees? Solo sus patéticas hechiceras "protectoras"

-¿Dónde están? - preguntó Sacrlett.

-Eso es algo que no te importa. Ahora, debo ocuparme de los Esclavos... aunque me gusta más la palabra "humano" ¿Qué opinas?

Scarlett se llevó las manos a la nuca mientras exhalaba, molesta.

-Ya veo... intentas convertirte en una Ancestral. No lo voy a permitir.

-Mejor vet. No tienes a nadie, no te conviene ser mi enemiga ¡Guardias! - exclamó -. Acompáñenla a la salida.

Tutankamón y Ramsés emergieron del suelo, dejando una especie de aura negra tras ellos. Mientras esto sucedía, Scarlett miró atentamente al collar que Zentella lucía en el cuello; se trataba de una reliquia Ankh: brillaba con una discreta luz verdosa mientras sus acólitos se hacían presentes mágicamente ¿Tenía algo que ver con los Ancestrales?

Se quedó perpleja, mirando fijamente el collar de su, ahora enemiga. Cuando Tutankamón y Ramsés la tomaron bruscamente de los brazos, se percató que sus ojos tenían el mismo destello verdoso del Ankh (Además de que median casi tres metros y llevaban armaduras impenetrables)

La llevaron fuera del palacio, mientras bajaban las gigantescas escaleras, miró a su alrededor: miles y miles de humanos (como los llamó Zentella) construían enormes pirámides, tres, para ser exactos. Usaban máquinas y aeronaves de una tecnología casi imposible de describir con palabras, pero lo más extraño, era que los humanos llevaban el mismo destello verde en sus ojos

¿Qué estaba pasando? ¿Qué había hecho Zentella? Se preguntaba. Pero no permitió quedarse con el beneficio de la duda. Estaba decidida a hacer algo.

Justo antes de pisar el último escalón, Ramsés y Tutankamón sintieron algo muy cálido en sus brazos, que gradualmente se iba volviendo muy caliente. Cuando la sensación empezó a quemarles la armadura, decidieron soltar a la chica, pero no pudieron, era como si sus brazos estuvieses pegados a ella. Rugían del dolor al ver como sus brazos se derretían. Entonces Scarlett los miró a los ojos, con una malvada sonrisa. La piel de la chica ardía, incluso estaba rojiza, los brazos de los guardias se derritieron por completo, cuando esto pasó, Scarlett caminó frente a ellos, atravesándolos, como si fuesen una pared invisible, después de unos segundos, sus cuerpos se derritieron y solo quedaron manchas en el suelo.

Iba de regreso al palacio.

Zentella reposaba en su trono flotante, cuando de pronto su "amiga" regresó.

-Esto no es lo que quería para Arkadia. No dejaré que te conviertas en una Ancestral.

-¡Te dije que n... - antes de si quiera poder terminar su frase, se percató que su collar del Ankh ya no estaba en su cuello!

-¿Buscas esto? - extendió la mano, sosteniendo el Ankh. Zentella se quedó paralizada -. Creo que te faltó una hechicera por eliminar.

El cuerpo de Scarlett se prendió en fuego gradualmente, hasta que se transformó en una gigantesca ave empapada de sangre. Voló, atravesando el tejado de metal. Escapando con el collar, sin antes liberar a todos los "humanos" del poder de esa reliquia.

Una estampida atravesó el palacio de Zentella, con todos los humanos tras ella.

-¿Buscabas un nuevo comienzo, Scarlett? Bien... empecemos de nuevo - susurró, extendió las manos y permitió que los humanos atravesaran su cuello con espadas milenarias.

El ave sanguinaria huyó hasta un enorme monte, donde volvió a su forma original, como la chica pelirroja. Observaba Nueva Arkadia desde la cima del lugar: veía como la rebelión humana se hacía presente.

Aún quedaban cosas por arreglar y entender. La muerte de Zentella y la rebelión humana no marcaban nada más que la caída de un imperio y el alzamiento de otro.

-Tengo que encontrar el paradero de los Ancestrales, pero no puedo hacerlo yo sola... debo buscar a alguien. Otra hechicera.

Hawk University Center (HUC), ciudad de Hawk

septiembre de 2009

-Yo... Elena Glitter - exponía a la clase, con tono dulce y nervioso, pero muy entusiasmada por su asignatura favorita: Historia.

-¡Ya sabemos quien eres! - exclamaron los compañeros - ¡cuatro ojos!

Elena, empezó a titubear.

-...Tutankamón, perteneciente a la dinastía XVIII de Egipto, fue uno de lo faraones mas - un pedazo de pepperoni cayó sobre el cabello de la chica. Montones de burlas y risas se manifestaron. La profesora apenas y podía controlar tremendo barullo.

Elena salió corriendo de su aula, llorando, con el pepperoni aun embarrado en su cabeza.

Pasó las próximas horas sola, sentada en un rincón del HUC. Cuando un chico se acercó a ella.

-¿Estas bien? - preguntó. La chica no respondió -. Mi nombre... es Todd

El muchacho le retiró delicadamente el pepperoni del cabello y se sentó al lado de ella. No hablaron en ningún momento, hasta que ella, de pronto, se levantó y se fue a grandes zancadas. Pero sin duda alguna, Todd la hizo sentir mejor.

Esa tarde, regresó a casa de su tía, quien le tenía preparada una sorpresa que cambiaría su vida.

-¡Ely! - exclamó -¿Por qué esa cara?

-Nada...

-A mi no me parece a "nada"

-Creo que no sirvo para la escuela. Me pongo muy nerviosa y se burlan de mí.

Su tía, arrugó la cara y señaló a la habitación de la chica.

-Entra. Seguro eso te hará sentir mejor.

Elena, hizo caso inmediatamente (pues era lo que quería hacer desde que llegó) al abrir la puerta, se topó con un perrito Chihuahua sobre una camita. Llevaba un moño azul en su cuello y un collar con el nombre "Charly". Paró las orejitas en cuanto vio a la chica.

Elena dibujó una sonrisa en sus labios y sus ojos brillaron. Era como el amor a primera vista. Rápidamente se abalanzó sobre el cachorrito, este le lamía la cara.

-¡Estas hermoso! - exclamó.

En este momento, su tía se alegró de ver contenta a Glitter. Entonces, dijo unas palabras que se quedarían por siempre en su memoria.

-Elena. Llegaste a este mundo para hacer grandes cosas. Llegarás muy lejos, puedo verlo ¡Te esperan momentos mágicos!

La Profecía de ARKADIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora