El comienzo

157 18 0
                                    

Helada se encuentra la  noche, el frío se cala entre mis huesos.
Me abrazo a mi misma tratando de entrar en calor pero no logro nada con eso.

Ni un alma pasa por las calles oscuras; morir en lo único que tengo en mi pensamiento... Siendo tan joven he sufrido muchas cosas y la que más me ha dolido es el suicidio de mi hermana y sin pensarlo deje mi casa y con ello, los tormentos que yacen en ese lugar.

Comienzo a escuchar unos murmullos, por lo que me escondo lo más que puedo dentro de la caja en la que estoy en un callejón sumido en la completa oscuridad. Al escucharlos un poco más de cerca me doy cuenta que son hombres y por como arrastran las palabras deben estar ebrios.
Cuando están pasando enfrente de mi, uno de ellos se cae y logra verme.

Pude sentir como mi corazón dejó de latir, en el momento en que sus ojos se encontraron con los mío y su mirada se llenó de perversión.
Entierro mi cabeza entre mis piernas y comienzo a negar sin creerme que me vuelva a pasar.

- ¿Pero qué tenemos aquí? - el hombre que se cayó se acerca a mi y me comienza a jalar por mi brazo haciendo que salga de la caja.

Ellos se comienzan a reír y yo a llorar. Me resisto lo más que puedo hasta que me suelta haciendo que caiga bruscamente en el piso.
Con mis ojos empeñados en lágrimas logró divisar a mi lado unas piedras. Sin pensarlo la agarró y me abalanzo encima del hombre que me saco de la caja y lo comienzo a golpear en la cabeza con mucha rabia.

El otro hombre me comienza A gritar y me sostiene desde la espalda para soltarme de su amigo... Pero, de un momento a otro siento que deja se tirar de mi.
Un poco más calmada volteó lentamente en dirección al hombre y me lo encuentro tirado en el piso con un agujero en la frente y un charco de sangre debajo de él.

Grito horrorizada cayendome de espaldas volteando a todos lados y es donde enfoco a un hombre escondido entre la oscuridad que se va acercando a mi.

- Puedo ayudarte, sí es lo que deseas. En tú acción de atacar a aquel hombre he visto furia y un gran potencial que puedas desarrollar.
Sí vienes conmigo te puedo dar lo que deseas, a cambio de que trabajes para mi - una voz ronca es la que hace notar, ofreciéndome algo que seguro ya no tenga vuelta atrás.

Viéndolo con recelo me alejo un poco de él - No trabajare como prostituta y menos aceptaría algo de un desconocido - mascullo con enojo.

- No trabajarías como prostituta, quiero que trabajes para mi, sólo necesitas saber por ahora que te voy a entrenar para que te sepas defender... No tienes a donde ir pequeña y sí sigues viviendo en la calle la próxima vez no te salve nadie. ¿Qué dices? - me tiende la mano.

- ¿Cómo te llamas? - pregunto después de estrechar su mano. Aceptando el trato.

- Nikolay Smirnov...

La Rosa Negra (Editando)Where stories live. Discover now