—Tengo una mejor idea—suelta de imprevisto mientras se mete al estacionamiento de un hospital ubicado al centro de la ciudad.

Jeff apenas apaga el auto, se quita su sudadera oscura y deja ver las marcas que había dejado yo en su cuello y en su pecho, miro para otro lado al mismo tiempo. Y él se ríe para sus adentros.

—Quítate la chaqueta—dice mientras toma de atrás la maleta oscura y saca del interior el arma pequeña y comienza a cargarla.

Rodeo los ojos y dejo en los asientos de atrás la escopeta. Me quito la chaqueta al mismo tiempo y la dejo en el asiento de atrás, él me deja encima de mi regazo la sudadera y me la pongo al mismo tiempo. Apenas puedo sentir que olía a perfume. Perfume varonil. Entonces casi reía en forma de burla cuando me entrega el arma extendiéndome su mano como si fuera a apuntarme. Yo me coloco la gorra recogiendo mi cabello al mismo tiempo y tomo el arma lentamente.

—Vas a matar a alguien que se llama Tate Dennison—menciona serio resoplando de mala gana. Coloca sus manos sobre el volante mientras mira hacia las puertas traseras del hospital.

Voltea su mirada hacia mí, y se mantiene mirándome de forma fija. Y yo trago en seco sintiendo el peso del arma luego de haberla guardado dentro del único bolso de la sudadera, dentro de mi solamente quería salir del auto y huir con un arma a mi favor. Pero él sonríe casi leyendo mi mente.

—Te estaré vigilando. Cualquier movimiento que desconozca... cualquier llamado a la policía o que quieras pedirle la ayuda a alguien... lo sabré. Así que ten cuidado con lo qué haces, ¿entiendes?

Yo asiento rápidamente y me quito la gorra dejando suelto mi cabello. Dejo la gorra en los asientos de atrás y respiro hondo.

—No hables con nadie. No veas a nadie a los ojos. Pasa desapercibida, como un fantasma... Pero ten cuidado con las cámaras de seguridad...

Camino hacia el interior del hospital a paso rápido. Cuidándome de las cámaras de seguridad.

Miraba a mí alrededor. Veía un sin fin de posibilidades en forma de persona, para pedir ayuda y que me sacaran del lio en el que me había metido. Estaba desesperada. Muerta de pánico. De miedo. De un sentimiento de extrañez hacia mi secuestrador que me había obligado a matar a alguien antes, y que me obligaba ahora.

Tate Dennison no es un paciente, es un residente. Es un practicante que entró hace un año y lo vas a encontrar rápidamente.

Me acercó a la recepcionista y comienzo a retorcerme tocando mi pecho, fingiendo dolor como si fuera a darme un paro cardíaco. Miro a mi alrededor sin que nadie se dé cuenta, enfoco las cámaras de seguridad sin levantar la vista, me di cuenta demasiado rápido de las posiciones correctas en donde habían sido colocadas. Todos me miran sorprendidos y pidiendo ayuda. La recepcionista, una mujer de color, llamó rápidamente a uno de los que estaban vestidos como enfermeros.

En el momento en que finjas que realmente te va a dar un puto paro cardíaco, ese perro aparecerá y cuando comience a ayudarte. Aprovechas—señala su cabeza con su mano derecha en forma de arma.

—¿Enfrente de todos?—pregunto confundida.

Uno de los tipos de vestimenta de enfermero a color gris, se acerca hacia mí y me sostiene antes de que finja una caída de telenovela. Me toma de la cintura y me carga entre sus brazos. El tipo de cabello marrón claro, tiene los ojos verdes y una cicatriz casi nada visible en la comisura izquierda de su boca. Él me mira preocupado. Y eso me hace entender algo muy en el fondo.

—¡Una camilla!—exclama el sujeto desesperado. Corre hasta una de las habitaciones para emergencias y yo finjo un desmayo. Escucho muy agitado y preocupado al tipo, pero cuando llega a una de las habitaciones y escucho la alarma que indica que es un paciente de alto riesgo. Abro mis ojos y lo miro seria.

|Bad baby|Libro#1|Jeff The Killer Fanfiction|Where stories live. Discover now