Liam miraba a los trabajadores ir y venir por su sala de estar, aún sin poder creer que realmente Zayn hubiera comprado tantas cosas sólo para algo de diversión.
Estaba seguro que de no ser porque tenía la mandíbula pegada con el resto de sus huesos ahora mismo estaría en el suelo.
— ¿De verdad todo ésto es necesario, Malik?— su tono de incredulidad atravesó la línea haciendo reír a su novio del otro lado.
— Dijiste que te te gustaría tener un cuarto de juegos, bebé. Bueno uno en dónde no estén nuestros juguetes.
Sus mejillas tomaron un ligero tono carmesí, aclaró su garganta en un intento de controlarse.
El grupo de personas cargando una mesa de billar lo trajo de vuelta.
— ¡Zayn!, ésto es jodidamente mucho.
— Nada es suficiente si se trata de tí. Feliz navidad adelantada.
El castaño pasó saliva, intimidado un poco por todos los presentes. Zayn podía darse el lujo de eso y más, él lo sabía desde el principio, es sólo que no terminaba de acostumbrarse a estar comprometido con el modelo favorito de Versace. A él por supuesto no le iba nada mal, siendo un importante abogado tenía ya un prestigioso cargo, y se esperaba bastante de él. Pero las leyes no pagaban más que el mundo de la moda.
— ¿Li?, ¿sigues ahí? — Él hizo un sonido de afirmación, aún afectado. Zayn suspiró.— Nene, sabes que no tienes porqué preocuparte, ¿verdad? — el azabache esperó unos segundos en silencio, pero al no obtener respuesta, presionó.— ¿Liam?
— Está bien, Zayn. Estoy bien.
Zayn sabía que eso no era verdad, conocía a su prometido más que a la palma de su mano. Él realmente está orgulloso de Liam, pues ha llegado hasta donde está por su propio esfuerzo, subiendo desde cero. Por el contrario, él consiguió su primer empleo debido a la mejor amiga de su madre. Fué ella quien lo hizo comenzar inmediatamente con apariciones en las portadas de importantes y populares revistas, para luego presentarlo a su mánager, el cual se ha encargado de su carrera desde entonces.
— ¿Qué te parece si nos vemos en el centro comercial? Quiero comprar algunos trajes, ya que las chicas estarán aquí el viernes y- —el gemido inconforme de Liam lo hizo sonreír.
— ¿Por qué no me dijiste? Ahora tengo sólo dos días para preparar todo.
— Porque sabía que te pondrías como loco con detalles sin importancia. Lee, mis padres ya te aman, y si no fuera así, yo te amo, y nos casaremos en menos de un mes. Deja de preocuparte tanto.
— Tú sabes que tu padre me odiaba, no quería que estuviéramos juntos sólo por no... Ser igual a tí. Únicamente quiero su aprobación, Zee.
Zayn escuchó el tono amargo de su amante, exhaló lentamente y cortó la llamada, sonriendo al escuchar el jadeo de indignación al otro lado de la puerta.
La empujó, terminando de abrirla, y sonrió cuando Liam apareció por fin en su campo de visión.
Rodeándolo con sus brazos, besó la coronilla en la cabeza de su novio.— No pueden estar más encantados contigo y todo el esfuerzo que haz hecho, amor.
...
Liam secó sus manos en el delantal que traía puesto, mirando por primera vez el reloj y sonriendo orgulloso de sí mismo al haber terminado la cena a tiempo. Salió de la cocina y giró los ojos, viendo a su prometido aún vestido con unos ligeros pantalones deportivos. "Por lo menos se dió una ducha ya", pensó.
