-Hola Sofía. Antes que nada, quiero ofrecerte unas disculpas. Bienvenida- Ji Jun contesto algo apenado y a deducir por su tono Sofía pensó que estaba un poco cansado. Dedujo que el pobre hombre se había quedado en vela de la salud de su mama y rápidamente eso la hizo sentir un sentimiento de empatía.

- Hola Ji Jun, no te preocupes. Luego tendremos tiempo de conocernos y de hacer varias cosas como conocer la ciudad.

- Así será Sofía. Disculpa.

- No debes disculparte. Su-jin me ayudo así que no tuve problemas mayores. La salud de tu madre es primero. Por cierto, espero que mejore pronto.

-Gracias Sofía. ¿Sucede algo? –pregunto Ji Jun en un tono muy atento.

- Ah la verdad sí. Qué pena molestarte con esta tontería cuando tienes asuntos mayores que atender pero... - a Sofía nunca se le daba muy bien pedir favores.

- ¿Pero? –contesto Ji Jun algo más preocupado. En ese momento se sintió muy mal porque no había cumplido de manera responsable o correcta con su rol de guía.

- Pero...no tengo nada en la nevera y la verdad es que estoy hambrienta. Tampoco tengo wons y solo cuento con una tarjeta de crédito que no se si funciona aquí. Solo quería saber si puedo comprar algo con ella y a qué lugar me recomiendas ir para eso.

-Ya veo. Perdóname Sofía. Voy a hacer una llamada para poder ayudarte al menos en este asunto hoy. Tú solo espera en el apartamento.

- Esta bien Ji Jun. Gracias. ¿Cuánto debo esperar? –pregunto Sofía al recordar que tampoco se había dado una buena ducha en muchas horas.

-Alrededor de 30 minutos. ¿Te parece bien?

-Claro Ji Jun. Muchas gracias.

-Solo espera unos minutos. Espero verte mañana.

- Claro. –luego de la llamada Sofía se dirigió a la ducha. Pensó que no debía culpar a Ji Jun porque al fin y al cabo esas situaciones podían pasarle a cualquiera. Sin darse cuenta término sonriendo al recordar la noche de ayer y de un segundo al otro ese pensamiento fue sustituido por el recuerdo de la sonrisa de Su-jin.

- ¿En qué estoy pensando? Creo que una ducha arreglara esto. Si debe ser eso. –se dijo Sofía para sus adentros.

Luego de 40 minutos Sofía ya había salido de la ducha y se encontraba desempacando sus pocas pertenencias. Cuando el timbre comenzó a sonar tan alto que esto hizo que se le cayeran las cosas al suelo por el susto. Tampoco estaba acostumbrada a tener un timbre en su casa. Así que debía acostumbrarse a eso. Se fijó en el monitor que había en un extremo de la pared y comenzó a apretar los botones. Vio que era Su-jin.

-Pero y este hombre. ¿Qué hace aquí? –rápidamente Sofía recordó que Ji Jun iba a realizar una llamada. Así que dedujo que fue a él a quien había llamado. Abrió la puerta para recibirlo. De todos modos eran mejores amigos.

- Annyeong haseyo.

-Annyeong haseyo Su-jin. –Sofia hizo una ligera reverencia. Lo cual causo gracia a Su-jin.

- No tienes por qué hacer eso si no estás acostumbrada. Aunque sería bueno que si lo hicieras. Es parte de la cultura. –dijo Su-jin con una enorme sonrisa.

-Debo hacerlo contigo. Recuerda que eres mayor que yo. –contesto Sofía a tono de broma.

- Oye, debes respetarme por eso. Aunque tampoco es por mucho. –dijo Su-jin en tono alegre.

-Sí, sí, sí. ¿Qué tienes ahí? –pregunto Sofía señalando la bandeja cubierta que llevaba Su-jin en sus manos.

-Oye, soy mayor que tú lo recuerdas. Con más respeto. –bromeo Su-jin.

- Esta bien. Déjeme preguntar nuevamente. ¿Qué lleva en sus manos, anciano? –dijo Sofía en tono sarcástico.

- Ahora sí. Esto es tú desayuno y almuerzo. –dijo Su-jin con una sonrisa un poco picara.

- ¡Oh! Gracias. –exclamo Sofía. Tomo la bandeja a la vez que se preguntaba que tenía la sonrisa de ese chico.

- Ji Jun me llamo. Eres una chica suertuda. Hoy es mi día libre y como soy un caballero generoso te llevare para que realices algunas compras. Come primero y alístate.

-Gracias Su-jin. No sabes lo agradecida que estoy. Prometo que con mi primer sueldo te pagare este enorme favor. – contesto Sofía mientras se preparaba para destapar la bandeja y sus distintos platos.

-No tienes por qué hacer eso Sophie. Anda, come algo.

- Claro que debo hacerlo. En tan solo unas horas te he molestado tan...-Sofía se quedó sin habla al destapar la bandeja y encontrarse con unos platos preparados de una manera tan ordenada, llamativa y hermosa. Todo se veía y olía delicioso. Y cuando procedió a destapar el café que dispersaba un exquisito aroma vio que este tenía un hermoso diseño en forma de corazón. Quien había preparado esos platos había puesto mucho empeño.

- Come tranquila. Disfruta tus platos. –dijo Su-jin muy contento.

-¡Wow! Se ve tan hermoso que no quiero ni destruirlos con el tenedor y la cuchara. –expreso Sofía sorprendida.

-Piensa en el chef y barista que preparo esos platos. Lo hizo para que los disfrutaras.

-Tienes razón Su-jin.-Sofía procedió a comer cada uno de ellos. Era una mezcla de sabores los cuales no tenían descripción. Simplemente encontraba un equilibrio en cada plato. Nada era muy salado, ni muy picante y el café era el mejor que había probado en toda su vida. Luego de comer cada uno de ellos sin dejar ni una pizca procedió a alistarse rápidamente.

- ¿Te gusto la comida? – pregunto Su-jin desde la pequeña sala.

-La mejor que he probado Su-jin. Gracias. Por cierto quien preparo ese café. Debo decir que fue algo demasiado cursi y extra lo del corazón, pero el sabor. ¡El mejor café que eh probado en mi vida! –dijo Sofía a gritos desde su cuarto y esto hizo que Su-jin se riera en un tono que ella no habría escuchado.

- Yo lo hice. Hice todo, desde los platos hasta el diseño cursi del café. –contesto Su-jin aguantando la risa.

-¡Demonios! –expreso Sofía para sus adentros mientras sentía una gran vergüenza por lo que había dicho. Tenía que aprender a controlar su manera de contestar y lo que decía. Y nuevamente pensó "Sofía, tu otra vez metiendo la pata". 

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⏰ Last updated: Sep 13, 2018 ⏰

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Grato TrayectoWhere stories live. Discover now