Dos almas destinadas a estar juntas

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Era un día normal en Central, cuando un fastidiado hombre cruzaba las calles para llegar a su trabajo.

El Coronel llegó al cuartel y saludó a todos sus subordinados, pero algo llamó su atención, no encontraba a su teniente favorita, exactamente, no estaba presente Riza Hawkeye, el Coronel preguntó por ella a sus demás compañeros.

- Teniente Havoc, ¿sabe don...? - pregunto el Coronel que fue interrumpido por escuchar unos pasos apresurados y golpes en la puerta.
- Yo iré a ver - habló el teniente segundo.

Cuando Havoc abrió la puerta vio la figura de una hermosa mujer rubia entrar rápidamente.

- Buenos días, Teniente Havoc - levantó su mano hacia su frente.   - Buenos días Coronel - los observó con aquella típica mirada y otro saludo
- Señor, disculpe mi tardanza - dijo, para luego sentarse al costado del alquimista de fuego y firmar papeles.
- ¿Me permite saber por que se retrasó? - cuestionó su superior
- Mi reloj se descompuso, y desperté tarde -

El día pasó rápido y agobiante como siempre, Roy no conforme con la excusa que había puesto su Teniente, decidió esperar hasta que todos se retirasen y preguntarle de nuevo.

Una vez que cayó la noche.

- Teniente Primera - llamó Roy
- ¿Qué necesita, Coronel?- contestó.
- Hoy tengo una reunión con los altos mandos, así que capaz que tarde en llegar, puedes retirarte si gustas -
- Estoy bien Coronel, mi deber es protegerlo - respondió solemnemente Hawkeye.
- Me agrada tener un subordinada de voluntad firme - dijo para luego retirarse.
Riza, una vez que el Coronel se retiró, buscó libros y se dispuso a leer, la reunión duró más de lo esperado y la teniente Hawkeye sucumbió ante el sueño que fue provocado por el aburrimiento de esperar más de lo acordado.

Tiempo más tarde, vuelve el Coronel a la oficina y no halló palabras para definir la ternura y hermosura de su teniente dormida, sobre el sillón; tenía los labios entrecerrados y sus largas pestañas relajadas, al igual que su expresión, él adoró esa escena tan dulce...aquella que en muy pocas ocasiones disfrutaba, su teniente relajada; no por que fuera fría se veía fea, pero no le venía nada mal.

- Amo a una mujer demasiado Hermosa - afirmó para si mismo.

Todo el tiempo estuvo luchando contra sus ganas de abrazarla y besarla hasta el alma, sin embargo no la besaría de esa forma, él quería que ella estuviera consiente del acto que deseaba realizar. Por eso la despertó.

- ¿Teniente? - la llamó dulcemente - Hawkeye, vamos, este no es un cómodo lugar para dormir - dijo Roy observando cómo  Riza abría lentamente sus ojos, acercándose.
- Roy...¡Coronel! - gritó Riza notando su rostro muy cerca del suyo
- ¡Mil disculpas Señor! - dijo Riza apenada por su acto.
- Tranquila Tenien - se interrumpió al notar que, al no haber nadie, podían hablarse con sus nombres - Tranquila, Riza - posó su mano en su mejilla - ya no hay nadie y puedes llamarme por mi nombre - susurró - Espero que aún lo recuerdes - bromeó sin mover su mano.
- No diga eso Coronel - dijo Riza tomando su mano y bajándola de su rostro, como siempre, sin descartar los rangos militares.

Roy se incorporó al igual que Riza y al salir el cuartel Roy le propuso a ella, llevarla hasta su casa, los dos estaban en la calle y justo cuando Riza abrió la puerta del conductor, Roy la interrumpió.

- Déjame a mi llevarte por esta vez a tu casa, yo conduciré - afirmó Roy posando su mano sobre la de ella.
- No señor, yo tengo que llevarlo -
- Si hablamos de rangos militares, tal vez, pero en este caso tu eres la dama, y yo soy el hombre, así que déjame llevarte - dijo sacando la mano de ella lentamente de la puerta.

Libro de One shots RoyAi!!!! :3 Where stories live. Discover now